A través de la Toscana y en cualquier lugar que se hace el vino, la naturaleza nos da su recompensa. En Castello Banfi se cosecha la bondad de la tierra en todo el terruño y los suelos que componen su constelación de viñedos.
Castello Banfi es una finca de viñedos de propiedad familiar y la bodega en la región de la Toscana, Brunello di Montalcino, Junto con su hermana de fincas en el Piamonte, Regali Vigne y Principessa Gavi, que ha sido reconocida en todo el mundo por su dedicación a la excelencia y que provocó un renacimiento en el arte de la enología italiana.
La familia Mariani es la propietaria, que le ha otorgado toda su dedicación y disciplina para lograr el éxito que hasta ahora han logrado y han sido reconocidos como, por ejemplo:
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Primera en el mundo destacada por su excepcional responsabilidad ambiental, social y ética, así como en liderazgo en la satisfacción del cliente.
Sommeliers de la Asociación Italiana – Oscar 2010 Vino
Pionero italiano en la elaboración, el respeto ambiental y territorio de enriquecimiento.
Premio nación VINITALY – Mejor Bodega italiana – 12 años
Gran Premio de dedicación a la excelencia – Embajador líder de “Hecho en Italia”
Tal vez más gratificante de todo es la alabanza de los viticultores vecinos que reconocen el papel Banfi en ser pionera de una nueva era en el Brunello y atraer la atención del mundo del vino de Montalcino.
Para su cosecha de 2013, fue en septiembre, comenzando 15 días que en años pasados, cuando volvieron a los patrones “normales” de cosecha de los años 80 y 90 en sus tierras de Toscana y Piemonte.
En Toscana fue el 4 de septiembre cuando comenzaron a recoger las uvas Pinot Giorgio de su San Angelo, y poco tiempo después se realizó la cosecha de la Chardonnay y la Vermentino. En Piemonte, por otro lado, comenzaron a recolectar la Pinot Noir, base de su espumante Alta Langa, el 2 de septiembre, y continuaron con la Chardonnay y la Brachetto.
Tanto como en Toscana como en Piemonte, las uvas fueron de excelente calidad. Gracias a las lluvias de primavera y verano, un moderado verano y las perfectas condiciones climáticas hasta finales de septiembre, con clima ideal durante la noche, se encontró la perfecta acidez y un desarrollo ideal para los aromas de los varietales. Dichas condiciones resultaron perfectas para la maduración de las uvas tintas, comenzando por la Sangiovese, que fue con la que comenzaron la cosecha a finales de septiembre.