México está golpeado y paradojicamente, ese dolor también está acompañado de un sentimiento de orgullo nacional. Todos, nos hemos unido para rescatar vidas y para aliviar las pérdidas patrimoniales.
La conducta de la sociedad antes, durante y después de los terremotos ha sido ejemplar y previsora. Ha salvado vidas y ha atendido el sufrimiento del otro.
Conceptos como “No están solos”, “Unidos hacemos más”, “México es generoso”, rescatan lo mejor de nuestra cultura, de nuestro ser íntimo.
En Fundación Azteca de Grupo Salinas optamos por construir vivienda.
¿Por qué decidimos apoyar de esta manera?
Porque estamos convencidos de las ventajas humanas, sociales, económicas y constructivas del esquema de autoconstrucción asistida. Veamos:
En primer lugar, se capacitará y contratará a las víctimas de los sismos para construir su propia vivienda y ellos tendrán un ingreso muy necesario.
Lo anterior los introducirá en una nueva dinámica focalizada, de esfuerzo y esperanza. Claro, salvo a quien tuvo pérdidas humanas irreparables.
Lo que antes era sólo pena y recuerdos que los sujetaba al pasado, se convertirá en ilusión, imaginación y entusiasmo por su futuro.
Los beneficiarios están permanentemente asesorados por técnicos que les enseñan a elaborar los adoblocks, a utilizar el equipo y a levantar su vivienda. Obviamente, se les donan todos los materiales y herramientas necesarias.
Para la persona que hizo un donativo, la ventaja es que su aportación se «ve» y las familias beneficiadas se conocen de nombre y apellido.
Además, la construcción se acompaña de talleres de autogestión, administración, violencia intrafamiliar, sexualidad y el efecto de las drogas, entre otros, para que las familias no sólo tengan una nueva casa sino también las bases para un nuevo hogar, para un salto cualitativo en su vida.
Comento lo anterior porque la naturaleza seguirá golpeando y debemos estar preparados.
Neil deGrasse Tyson, afirma que la comunidad científica conoce a fondo lo que está pasando con el clima, pero que los políticos no lo tienen presente.
Yo quisiera introducir este tema en México, porque víctimas de desastres naturales, desafortunadamente vamos a tener de manera creciente año tras año. Los temblores y los fenómenos provocados por el cambio climático se atienden de manera común y se tiene que actuar en dos rieles para lograr llegar al mismo fin y por la misma vía.
Dentro de los planes de gobierno, presupuestos y protección civil las emergencias no deben considerarse “eventualidades” sino “constantes”.
No nos preguntemos si volverá a pasar, preguntémonos cómo reaccionar ante lo que es una tendencia en el mundo y en todas las sociedades.
La sociedad va a vivir permanentemente problemas causados por la naturaleza, y esto no nos debe de sorprender ya que ha habido una alerta de más de treinta años desde que se empezó a hablar del cambio climático y poco hemos hecho al respecto. Los temblores son otra cosa, son inevitables pero podemos siempre prevenir consecuencias.
Trabajemos entonces y metamos en la agenda pública un tema inescapable.