No es ningún secreto que soy una amante asidua del vino y que sus uvas le dan un toque muy especial a mi vida. En mis viajes por el mundo, he tenido el placer de probar diferentes cepas, con sabores muy particulares obtenidos de su terreño, de su altura y del clima en el que crecen, pero entre mis favoritos están sin duda los vinos españoles de La Rioja.
Antes los vinos riojanos no hay otra opción más que admirarlos y entusiasmarse ante sus encantos. Desde 1991, sus vinos están protegidos por su bien merecida Denominación de Origen Calificada, lo que garantiza que la demarcación de la zona de producción, las variedades de uva, y las técnicas de elaboración y crianza se cumples con los mayores controles de calidad y embotellado.
Mi romance con los vinos riojanos me llevó a descubrir al vino Campillo Reserva de Grupo Faustino, un vino que representa las cualidades de la uva Tempranillo, la estrella de las variedades de las uvas españolas y autóctona de La Rioja, por lo que es considerada la variedad más característica de la región. Su piel gruesa y de color negro azulado, le confiere al vino Campillo su hermoso color limpio y brillante rojo cereza intenso, con ribete granate y destellos de evolución rubí.
A Campillo lo descubrí a través de otro amor, el de la gastronomía española, que es tan rica y tan variada como sus bellos paisajes. Son tantos los ingredientes y la forma de prepararlos, que una de las mejores forma de disfrutarla es con las famosas tapas, una fusión de tradiciones e innovación creativa.
Aprendí hace tiempo que el vino pertenece a la mesa y los vinos riojanos tienen una sincronización natural con los alimentos. Campillo Reserva es un tinto bien estructurado, con taninos firmes y buena expresión frutal, por lo que es fácil de maridar con cualquier tipo de carne, en especial las rojas y de caza, en guisos y asadas. Su aromaa a fruta negra madura como ciruelas y mora, integrada con matices especiados y tostados de barrica, hace que también combine bien con quesos de mediana curación, embutidos y con cualquier plato de legumbres.
Campillo Reserva es encubado en depósitos de 20,000 Kg. con maceraciones post-fermentativas durante doce días, consiguiendo la correcta disolución de taninos y compuestos del color. En tanto que su crianza realizada en barricas nuevas de roble americano para terminar afinándose en sus botelleros.
Es un tinto que demuestra que el mundo del vino es simplemente fascinante. Sus racimos de uvas que crecen en el terreno Arcilloso – Calcáreo de la Finca Villa Lucía, se transforman en un elixir mágico, a la vez que sus viñedos conquistan con sus paisajes y con su paleta de colores.