Cuando se diseñó la torre de especialidades del hospital Manuel Gea González en Ciudad de México, las autoridades del centro asistencial tenían claro que querían una solución acorde con las necesidades del edificio, en una de las ciudades con los más altos niveles de contaminación del mundo.
La propuesta del estudio de arquitectos Elegant Embellishments de Berlín se convirtió en un hito en la capital mexicana. Con su modelo de figuras geométricas, como una blanca red, la fachada de la torre llama la atención de inmediato. Pero más allá de la estética, la gran novedad es el material que recubre estos módulos, los cuales fueron construidos en Alemania y montados siguiendo precisas instrucciones.
“Las piezas están cubiertas por dióxido de titanio, que funciona como un fotocatalizador. Es activado por los rayos ultravioleta y produce una reacción química”, explica el arquitecto alemán Daniel Schwaag, uno de los creadores de esta tecnología llamada Prosolve. Al entrar en contacto con la superficie, las partículas nocivas del aire se descomponen en otros elementos como sales y agua. Además, descompone el dióxido de carbono de la atmósfera.
“La geometría de esta fachada, formada por cuasi cristales regulares tiene una alta efectividad. El aire pasa a través de los orificios de esta gran superficie, aumentando el contacto. Si bien la fachada es de 2500 metros cuadrados, por la forma de esta estructura bidimensional, la superficie activa es el doble. En la práctica es una doble fachada”, explica Schwaag.
La fachada de este hospital en Ciudad de México es el primer gran proyecto de este tipo con esta tecnología. La firma de arquitectos alemanes había desarrollado otros proyectos menores en Abu Dabi y Australia, y actualmente trabaja en nuevas propuestas, una de ellas en El Cairo.
Contaminación de 1000 autos por día
“La construcción de este hospital es de suma importancia para la Ciudad de México. Es un hospital con tecnología de punta, enfocado a la cirugía. En particular, es relevante el uso de materiales que aportan al mejoramiento de la calidad del aire, además de la imagen urbana. Y la reducción de la exposición solar de la fachada poniente contribuye al ahorro de energía en términos del uso del aire acondicionado”, explica Josué Hoil, de la empresa Ingenieros Civiles Asociados (ICA), a cargo de la construcción del edificio y montaje de la fachada.
Los módulos de Prosolve pueden ser recubiertos con dióxido de titanio por un lado o ambos, según las necesidades del proyecto. Una mayor exposición a este producto aumenta la efectividad como filtrador del aire. Pero no sólo en exteriores. Esta tecnología es útil también para mejorar la calidad del aire en recintos cerrados. Por ejemplo en hogares, jardines infantiles y colegios en ciudades con alta contaminación y también en fábricas y depósitos donde se manejan productos químicos.
Según estudios en laboratorio, la superficie de la fachada del hospital en Ciudad de México tiene la capacidad de eliminar la contaminación producida por mil autos al día. Si bien un solo edificio no puede mejorar la calidad del aire de una gran ciudad, al menos sí la de su entorno inmediato, lo que en un hospital es fundamental.