Ha caído la noche en Tijuana, Baja California. La ciudad más occidental de América Latina. La ciudad donde México comienza, en la frontera norte.
En la Casa del Migrante, fundada en 1987, las actividades diarias están por concluir.
Al mismo tiempo, pero a unos 15 minutos de distancia, el bullicio y movimiento del fin de semana en la famosa Avenida Revolución, se va apagando con los últimos contoneos de la noche.
Es lunes. En punto de las ocho de la mañana, quienes reciben apoyo y cobijo en la Casa del Migrante, abandonan sus instalaciones para hacer su día.
“Muchos van a tramitar papeles, a conseguir trabajo o a visitar familiares, si tienen aquí en Tijuana. Y pueden reingresar a las tres de la tarde”, explicó Carlos Yee, coordinador de Programas de Atención a Migrantes en la Casa del Migrante de Tijuana.
En los últimos meses de 2016 una oleada de migrantes, principalmente haitianos, ocupó las 140 camas que tiene el refugio.
Viajaron en busca de un permiso humanitario para residir en la Unión Americana; pero con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca todo se complicó.
“Hace unas semanas nadie estaba absolutamente interesado en realizar trámites para quedarse en México. La semana pasada ya se empezaron a enlistar algunos con nuestra abogada”.
Sin embargo, hasta hoy no se han detectado cambios significativos en el flujo migratorio hacia Estados Unidos, se aprecia sí una ligera baja, pero no hace tendencia todavía.
Tampoco se han registrado deportaciones masivas, pero la posibilidad de que se realicen, causa temor y ansiedad en los migrantes y sus familiares.
“Primos, hermanos, sobrinos. Pues que tienen temor de que son residentes que viven acá y vayan a tener represalias allá”, afirmó Antonieta.
“Ellos ahorita temen por la seguridad de su familia. Dejar sus Hijos atrás”, agregó Horacio.
Ante esta nueva realidad, muchos de ellos están valorando la posibilidad de establecerse temporalmente en México, mientras pasa el temporal Trump.
“Sí hay una actitud de repensar ¿en verdad vale la pena intentarlo o es casi seguro que me van a regresar?, entonces busco una segunda opción”, dijo Carlos Yee.
A la misma hora que los migrantes y deportados salen del centro Scalabrini, en Tijuana, otros miles de ciudadanos, esperan para cruzar la frontera.
“Horrible. Como dos o tres horas y cada vez está peor”, reconoció Verónica.
Ligar.
“Aproximadamente dos horas…sí. Muy tardado”, reconoció Jorge.
Más de 80 millones de cruces peatonales y 30 millones vehiculares, se registran anualmente por esta zona.
Además de los 3 mil 152 kilómetros de frontera y los vínculos históricos y familiares que unen y comparten mexicanos y estadounidenses, ambos países mantienen un intenso intercambio económico y comercial que supera los 500 mil millones de dólares anuales.
Tan sólo la relación comercial entre los estados de Sonora y Arizona, asciende anualmente a 19 mil millones de dólares.
“Se generan en Estados Unidos, en la parte de Arizona, alrededor de 190 mil empleos, nada más del intercambio comercial que existe entre el estado de Sonora y Arizona”, detalló Carlos Jiménez Robles, presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de Nogales, Sonora.
La exportación de manufacturas no es el único lazo comercial que une sonora con Arizona.
“Los servicios de corte de cabello, la comida. Los restaurantes, el entretenimiento, los bares, lo que viene siendo los servicios médicos”, agregó Carlos Jiménez.
Ciudad Juárez es otra ciudad cuyo intercambio comercial con Estados Unidos resulta muy significativo.
En 2014 exportó bienes y servicios por más de 38 mil millones de dólares.
Aun así el intercambio comercial entre México y Estados Unidos nunca ha sido equitativo, aunque del otro lado se empeñen en negarlo.
“Nosotros les vendemos una gran cantidad de productos a los norteamericanos y les compramos, comparativamente menos, pero el contenido de carácter norteamericano que hay en esas exportaciones es muy elevado y es cuando te das cuenta que en realidad los que estamos perdiendo con esta negociación comercial, pues somos precisamente nosotros y no ellos”, enfatizó Isaac Leobardo Sánchez, profesor-investigador de la UACJ.
En materia económica y de intercambio comercial, la llegada de Donald Trump a la casa blanca supone dos escenarios para México.
Ninguno positivo.
“En el escenario neutral las cosas van a seguir igual que antes. Es decir, que nosotros vamos a seguir prestándoles servicios, entregándoles salarios bajos, generando los productos que ellos quieren. En el escenario negativo lo que ocurriría es que la inversión extranjera directa norteamericana se va a retraer. Lo que eso significaría, básicamente es una pérdida crucial de empleos en esta frontera”, aseguró el profesor-investigador Sánchez.
Esa pérdida se calcula anualmente entre 15 mil y 20 mil empleos directos.