•  Representantes de empresas, de gobierno y líderes comunitarias dialogan sobre las necesidades y mecanismos para disminuir las desigualdades que viven las mujeres trabajadoras del campo.

En el marco del Día Internacional de las Mujeres Rurales, el Consejo Agrícola de Baja California y el proyecto Una Cosecha Justa de World Vision México realizaron el foro Voces de las Mujeres Trabajadoras de Campo: Experiencias y Derechos Laborales. Este evento reunió a trabajadoras agrícolas, representantes de empresas, académicas y autoridades, con el objetivo de visibilizar los retos y logros de las mujeres en el sector agrícola.

Durante la apertura del foro se contó con la destacada presencia de Miriam Cano, Presidenta municipal de San Quintín; Lucila Hernández de la Alianza de Mujeres de todos los Colores; Liliana Díaz, directora del Consejo Agrícola de Baja California (CABC); Sol Merino, directora operativa del Sindicato Unidos con México Moderno; Ixchelt Barboza, de la Comisión Estatal de Derechos Humanos; Grecia María Rivera en representación de la diputada Montserrat Murillo López, y Vittoria Peñalba de World Vision México. Destacaron la importancia del trabajo de las mujeres agrícolas en México y especialmente en Baja California, y celebraron la iniciativa de crear un foro en el que fueran estas mujeres quienes tomaran el podio para hablar de sus experiencias y perspectivas en el campo.

Panel uno, “¿Cómo viven las mujeres el trabajo agrícola?” se escucharon de primera mano las experiencias de cuatro mujeres que han participado en la vida agrícola, sus retos y cómo concilian la vida laboral con el trabajo doméstico y de cuidados. Nombraron desafíos como las múltiples cargas de trabajo en casa, falta de acceso a servicios sociales y públicos que repercuten de manera directa en sus vidas cotidianas, así como la necesidad de una mayor sensibilidad por parte de sus parejas para la división del trabajo del hogar. Señalaron, no obstante, el orgullo que les genera dedicarse al trabajo agrícola y las oportunidades que las empresas les ofrecen para su desarrollo personal.

El panel dos, “Avances y retos en el acceso a los derechos laborales de las mujeres trabajadoras del campo” contó con reflexiones en torno al camino recorrido en la lucha por el reconocimiento de los derechos laborales de las personas trabajadoras del campo. Lucila Hernández destacó los movimientos jornaleros de la década de 1990 y el de 2015, gracias a los cuales hay una mayor protección de los derechos de las personas locales y migrantes que llegan a trabajar a las empresas, como contratos, acceso a educación, servicios públicos y seguridad social. “Se ha ganado mucho, pero aún queda mucho por exigir”, comentó.

Tercer panel, fue en torno a “Buenas prácticas en la prevención de trabajo infantil”. Se pudo escuchar la experiencia de las trabajadoras del campo en voz de Érica Zúñiga, trabajadora de San Quintín, quien compartió los retos más comunes entre las madres, como contar con suficientes servicios de cuidado de sus hijas e hijos mientras cumplen con su jornada laboral. Así mismo, el panel se nutrió con la participación de representantes de empresas, quienes señalaron los mecanismos que llevan a cabo para la prevención del trabajo infantil, como el fortalecimiento de sus procesos de contratación y solicitud de documentos de identidad.

Finalmente, el foro cerró con la participación de la maestra Elisa Martínez Rubio, de Jornamex, con la conferencia magistral “Retos que enfrentan las mujeres trabajadoras del campo: Entre la participación laboral y las tareas de cuidados”. La Mtra. Martínez dio un panorama de la situación de las mujeres trabajadoras del campo en la industria agroexportadora. Destacó las desigualdades que aún enfrentan, como la brecha salarial que llega al 18% en ciertos sectores, derivado de su condición de mujeres, pues al ser las principales encargadas de los cuidados de sus familias, tienen menos oportunidades de acceder a trabajos con mejores salarios. También habló de cómo las mujeres se ven obligadas a encontrar otras estrategias para el cuidado, como fortalecer las redes sociales y familiares para la ayuda mutua, o bien, recurrir a servicios privados de cuidado que con frecuencia no tienen la especialización y los recursos adecuados, lo cual, además, no evita que las mujeres continúen cumpliendo con dobles y triples jornadas de trabajo. Destacó la insuficiencia de servicios del estado que contribuyan a reducir estas brechas.

Liliana Díaz del CABC cerró el foro resaltando la importancia de estos espacios para conocer las experiencias directamente de las mujeres trabajadoras del campo. Dio un agradecimiento especial a las más de 100 mujeres trabajadoras que acudieron al evento, algunas de ellas con sus hijas e hijos. Enfatizó que “escuchar las voces de las mujeres rurales es esencial para entender sus desafíos y contribuir a la creación de mecanismos y políticas que promuevan la equidad de género y mejorar sus condiciones laborales”.

“Nos enorgullece formar parte de estos espacios de diálogo entre las trabajadoras, el sector público y el privado, donde se hable de los avances en el respeto a los derechos laborales en la zona y de los retos para asegurar el bienestar de las mujeres trabajadoras del campo”, concluyó Vittoria Peñalba, directora de Filantropía para México y Latinoamérica de World Vision, al cierre del evento.

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