Ayer, el huracán Milton llegó a la península de Florida. Cinco millones de personas tuvieron que ser evacuadas. Gracias a la tecnología existente, hoy es posible ver la formación y desarrollo de un huracán y alertar a la población que puede ser afectada. Esto en el ámbito climatológico. Me atrevo a utilizar la metáfora del huracán porque se nos viene un fenómeno político que tendrá consecuencias negativas para la economía mexicana: las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

Independientemente de quién las gane, nos caerá un huracán. Si triunfa Donald Trump será categoría cinco.

México es el principal exportador de mercancías a Estados Unidos. Desde 2023, sobrepasamos a China debido a los aranceles que le puso nuestro vecino del norte a las importaciones de la potencia oriental. El proteccionismo comercial de los dos candidatos a la presidencia pone en peligro el éxito exportador mexicano que es, huelga decirlo, uno de los principales motores de la economía nacional.

Durante su primer mandato (2017-2021), Trump ordenó una variedad de aranceles incluyendo a México y pese al Tratado de Libre Comercio que teníamos con ellos. Le importó un rábano porque Trump… pues, es Trump.

De hecho, el gobierno de México tuvo que renegociar un nuevo acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá: el T-MEC. Fue un proceso arduo que generó mucha incertidumbre sobre la economía mexicana. Algunos piensan que, como el T-MEC es hijo de Trump, de ganar un segundo periodo presidencial el magnate ya no haría nada en materia comercial con México.

Nada más equivocado.

Durante esta campaña, el republicano ha ido subiendo su tono proteccionista. Comenzó con la idea de imponer aranceles a todas las importaciones que llegan a su país si gana las elecciones. ¿Todas? Sí, todas, incluyendo las supuestamente protegidas por el T-MEC.

Pero eso es contrario al tratado de libre comercio. Pues sí, pero es Trump que está acostumbrado a hacer lo que le venga en gana. “Demándenme”, dirá el presidente de Estados Unidos acostumbrado a litigios judiciales.

En lo que son peras o manzanas, nuestras exportaciones estarían sujetas a un arancel, lo cual sería muy disruptivo para la economía mexicana.

El tono proteccionista ha venido subiendo conforme se acercan las elecciones en noviembre. El 24 de septiembre, Trump prometió: “Impondremos un arancel de 100% a cada automóvil que cruce la frontera con México. La única manera de deshacerse de ese arancel es si quieren construir una planta aquí mismo en Estados Unidos, con ustedes operando esa planta” en referencia a los trabajadores de ese país.

Hace tres días, la promesa de arancel subió de cien a 200%. “No permitiremos que esos autos entren a Estados Unidos”, afirmó el candidato.

John Deere, la compañía que produce tractores y maquinaria agrícola, está trasladando parte de su producción de Estados Unidos a México. Cuando se enteró Trump, amenazó con poner un arancel de 200% a las importaciones de este tipo de equipos.

Los consumidores estadunidenses sufrirían las consecuencias de una política proteccionista, ya que los precios de los productos con aranceles subirían generando inflación. Pero, como mencioné arriba, estamos hablando de Trump, quien es un chivo en cristalería capaz de todo con tal de ganar. Y en un segundo periodo lo tendríamos en esteroides, porque ya sabe cómo operar sin tener las restricciones de funcionarios que lo medio controlen como ocurrió en su primer periodo de gobierno.

En suma, hay que irnos preparando porque, sin exagerar, se nos viene un huracán categoría cinco en caso de ganar Trump.

Ahora bien, si Kamala Harris triunfa, tampoco pensemos que todo será un día de campo. Para nada. Será otro huracán, pero de una categoría menor.

Los demócratas eran los tradicionalmente proteccionistas en materia comercial. Trump les robó esta agenda que ahora quieren recuperar.

La administración de Joe Biden ya ha anunciado que la revisión del T-MEC en 2026 (la famosa cláusula sunset) será “incómoda” para México. Les preocupa la triangulación de exportaciones chinas vía nuestro país y asuntos energéticos pendientes.

El 26 de septiembre pasado, la candidata presidencial demócrata tuiteó: “Como uno de los 10 senadores que votaron en contra del T-MEC, sabía que no era suficiente para proteger a nuestro país y a sus trabajadores. Muchos de los que votaron a favor de este acuerdo condicionaron su apoyo a un proceso de revisión que, como presidente, utilizaré”.

Queda claro. Es un hecho. Se nos viene un huracán proteccionista. La duda es de qué tamaño será. La certeza es que debemos prepararnos.

 

                X: @leozuckermann

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