México tuvo todo el partido para llenar de goles la portería de Arabia Saudita y no lo consiguió. Los árabes tuvieron una y la metieron. Por ganas, por esfuerzo, por entrega, no quedó.
Finalizó para el futbol mexicano la ilusión mundialista y terminó así mismo el largo proceso del “Tata” Martino como técnico. Dirigió 65 partidos, ganó 39, empató 14 y perdió 12. Ganó una Copa Oro y perdió otra; perdió frente a Estados Unidos la Liga de Naciones de la Concacaf; calificó al Mundial como segundo lugar en la eliminatoria de Concacaf, detrás de Canadá, y se quedó en la primera ronda de la Copa Mundial de Qatar con un triunfo, un empate y una derrota.
Al terminar el Mundial de Rusia y antes de que llegara Martino, la Selección de México disputó seis partidos amistosos bajo la dirección del “Tuca” Ferreti, de los cuales ganó sólo uno (3-2 a Costa Rica) y perdió cinco, frente a Uruguay, Estados Unidos, Chile y dos veces ante Argentina. Entre estos partidos y los del “Tata”, los tricolores jugaron 71 partidos, equivalentes a 17.7 por año.
Ese es, a grandes rasgos, el desempeño de nuestra Selección desde septiembre de 2018 hasta ayer. En enero iniciará otro ciclo que culminará con el Mundial 2026 a disputarse en Estados Unidos, Canadá y México. Que cada quien saque sus conclusiones.
Si Martino hubiera utilizado desde el principio la alineación de ayer.
Si el portero argentino no hubiera atajado aquel disparo de Alexis Vega.
Si Ochoa hubiera detenido el tiro de Messi.
Si el portero árabe no hubiera atrapado el segundo tiro libre de Chávez.
Si Messi no hubiera fallado el penal contra Polonia.
Si no nos hubieran anulado dos goles…
Habrá muchos pretextos, pero el caso es que, en 71 partidos, México nunca utilizó la alineación de ayer. Culparán a Martino por su juego defensivo, pero ayer hubo oportunidades de sobra y no se aprovecharon.
En fin, en enero arranca el Clausura 2023. Eso es lo que cuenta.