El peso mexicano anda nervioso y no es para menos, luego de que la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) elevó la tasa de interés en 75 puntos base, pero ¿viene otra crisis como la del 94?
La directora de Análisis Económico en Grupo Financiero BASE y profesora de economía del Tecnológico de Monterrey, Gabriela Siller Pagaza, destacó que la Fed no subía la tasa de interés en 75 puntos base desde 1994, año en el que México tuvo una devaluación del peso que marcaría el inicio de la llamada crisis del Tequila.
La especialista señaló que todas las crisis económicas surgen por desequilibrios, ya sean fiscales o en las cuentas de balanza de pagos y en 1994 México tenía muchos de estos desajustes en el tipo de cambio, cuesta corriente, fiscal -de hecho a estos dos últimos, fiscal y de cuenta corriente se les llama déficit gemelos-.
Entre otras cosas, el país tenía un régimen de tipo de cambio administrado que se mantenía en los niveles ‘deseados’ mediante la inyección de dólares a la economía, por lo que el peso estaba sobrevalorado y muy fuera de su nivel de equilibrio, lo que provocaba un incentivo a las importaciones -pues se pagaban menos pesos de los que se deberían de pagar por cada dólar- e inhibía las exportaciones, afectando el crecimiento económico.
Además, en 1994 ocurrieron eventos políticos como el levantamiento armado del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el asesinato del candidato a la presidencia, Luis Donaldo Colosio, que generaron una fuga de capitales del país y una disminución en las reservas internacionales, impidiendo la intervención en el mercado cambiario y generando una mayor presión para que el tipo de cambio subiera.
Finalmente, en diciembre de 1994 el peso terminó por devaluarse y se cambió el régimen a libre flotación, lo que significó una gran depreciación, que provocó una alta inflación y mayores salidas de capitales, así como un aumento en las tasas de interés que terminaron por presionar a las finanzas públicas.
Como si no fuera suficiente, el gobierno mexicano había emitido Tesobonos, un tipo de deuda que se pagaba en dólares y no había suficientes reservas para seguir administrando el tipo de cambio lo que provocó que la situación de México fuera insostenible.
Esto aunado al retraso de políticas económicas adecuadas y otras tantas medidas erróneas llevaron a México a la crisis.
Pero… ¿pasará lo mismo este 2022?
Gabriela Siller consideró que la situación actual de México es distinta, pues el tipo de cambio es de libre flotación, siendo un amortiguador para la economía mexicana, pero… destacó que las finanzas públicas son el punto débil.
La economista explicó que el gasto público no se ejerce de manera eficiente, ya que cada vez se acumulan más gastos y hay una menor recaudación, por lo que este año el déficit público será de 4 por ciento del PIB, superior al adecuado para cualquier economía.
Siller consideró que para no caer en este déficit, el gobierno podría optar por un subejercicio, pero lamentó que este se este dando en el gasto público en inversión física, que es el tipo de gasto que podría generar mayor crecimiento económico.
Además, destacó que el actual ciclo de alza en las tasas de interés, presionará más a las finanzas públicas, por lo que el crecimiento económico de este año será 1.5 por ciento y podría desacelerarse en los siguientes años ante la falta de crecimiento sostenido en la inversión fija.
La economista consideró que mientras se mantengan las condiciones de régimen cambiario de libre flotación, autonomía del Banco de México, baja aversión al riesgo sobre México y déficit público no mayor a 3 por ciento del PIB, no habrá otra crisis.