Cuando Tijuana cumplía sus primeros 50 años, en 1939, un deporte se asentó en la ciudad y fue arraigándose en el gusto del público masivo, señala José Cruz Nava Moreno en su libro “Los inicios de la lucha libre en Tijuana. La década de los cuarenta del siglo XX”, el cual fue presentado en línea por el Centro Cultural Tijuana, institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
Durante una charla en línea con el periodista cultural Jaime Cháidez Bonilla desde el Museo de la Lucha Libre Mexicana de esta ciudad, el autor explicó que la versión inicial del texto surgió de su tesis para obtener la Licenciatura en Historia por la Universidad Autónoma de Baja California; más tarde, el libro se materializó con el auspicio del Archivo Histórico de Baja California Sur Pablo L. Martínez, institución que ha desarrollado un proyecto de publicación de tesis universitarias.
Nava Moreno, quien trabaja en El Colegio de la Frontera Norte desde hace 19 años, narró que cuando inició su tesis, en el año 2000, “existía un grupo de luchadores que se hacía llamar ‘la familia de Tijuana’, compuesto por Rey Misterio, El Millonario, Halloween y Damián”, asunto que fue una motivación adicional para investigar el tema.
Para dar contexto a su trabajo, se interesó en indagar dónde surgió la lucha libre en México, quiénes fueron los primeros luchadores, dónde estaban las arenas en las que se empezó a practicar este deporte, quiénes fueron los maestros iniciales, antes de desembocar en la “historia del pancracio” en esta frontera.
Archivos de la Casa de la Cultura, la hemeroteca del Instituto de Investigaciones Históricas, la Biblioteca Benito Juárez y la hemeroteca del semanario Zeta, fueron los sitios que más consultó para escudriñar el pasado y la evolución de este espectáculo de masas, y presentarla como parte de la historia general de la urbe fronteriza.
“Me pasé muchas horas revisando periódicos, incluso me dio una infección en los ojos al consultar publicaciones de los años 30 a los 50”, reveló el investigador, quien agradeció al doctor Mario Alberto Magaña, profesor de la UABC, “la revisión y supervisión de la tesis, lo que dotó al trabajo del rigor académico necesario, y en cuanto a la redacción y estructuración de ideas, le dio sentido a la tesis”.
Señaló que “existen muchas crónicas, ensayos, libros sobre la historia de Tijuana y no quería abordar lo que ya habían tocado, sino destacar los aspectos más importantes para que la persona que se siente a leer este libro sepa lo que pasaba con el turismo en los años 20, la ‘ley seca’ y su impacto en la Tijuana de la ‘gran depresión’”.
En su libro, el autor hace alusión también a la “leyenda negra” que pesa sobre esta frontera, tema que abordó a partir de las ideas que el escritor Humberto Félix Berumen expone en “Tijuana la horrible”, que le sirvió como material de referencia para complementar la visión que ofrece de la ciudad en un momento de la historia en que la economía dependía casi en su totalidad del turismo.
“Quería llegar al tema de la lucha libre, pero para comprenderlo había que abarcar la historia de Tijuana y hablar también de otros deportes que se arraigaron en la localidad en esos años, como el boxeo, beisbol, basquetbol y futbol, en una etapa llanera de mucha convivencia familiar”, afirmó Nava Moreno.
Desde luego, al abordar el tema de la lucha libre es necesario referirse a las leyendas que el público conoce de sobra y a las cuales ha encumbrado en el firmamento de este deporte: “En el libro hablo del Santo, el enmascarado de plata, quien estuvo en Tijuana y ofreció dos funciones en los años 50, así como de Blue Demon y otros luchadores que hicieron leyenda, del significado de la máscara y, en general, de qué es la lucha libre, un deporte que tiene algo de teatral, de mágico, que atrae a las masas, y en el que se libra una lucha entre el bien y el mal”.
El libro “Los inicios de la lucha libre en Tijuana. La década de los cuarenta del siglo XX” está disponible para su adquisición en el Museo de la Lucha Libre Mexicana y próximamente en la tienda del Cecut.
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