Durante su charla en línea, la autora compartió los pormenores de este volumen en el que reflexiona sobre aquello que las personas transmiten a pesar de no estar hablando, es decir, el lenguaje no verbal.
“Aun cuando permanecemos sentados y con los brazos cruzados, estamos trasmitiendo información muy importante, estamos diciendo quiénes somos, en qué nos comprometemos, qué nos gusta y qué no”, sostuvo Tijerina.
La autora, quien desde hace 10 años estudia el lenguaje no verbal, señala que “la comunicación corporal que de forma inconsciente manifestamos los humanos” se relaciona o expresa emociones.
En sí mismas, las emociones “no son buenas ni malas, sino una brújula, ahí están, tienen sus manifestaciones en un lenguaje que no requiere palabras para expresarse y más vale irlas toreando”, sentenció la autora.
Tras señalar que de manera inevitable “toda emoción se nota, por ejemplo, cuando alguien nos dice algo que nos desagrada tenemos micro expresiones en el cuerpo, porque las emociones buscan la salida” y ejemplificó con otro caso: “dos personas que se llevan muy bien lo reflejan en sus movimientos y notamos que hay una sintonía entre ellos”.
La sintonía, precisó la experta, libera la comunicación y “ayuda mucho a hacer una persona buena para escuchar, ya que la expresión no verbal enriquece la comunicación”.
Su libro, enfocado al desarrollo de habilidades asociadas al crecimiento personal, habla de las emociones, “qué son y desde cuándo se estudian; después hablo de la cara, las manos, los pies, la postura, el tono de voz, porque la voz es el envoltorio del mensaje”.
Gracias a la observación del lenguaje no verbal, añadió, es posible detectar, por ejemplo, a una persona narcisista, trastorno de la personalidad en el que el individuo tiene una visión exagerada de su propia valía: “no te mira el rostro, mantiene la quijada en alto y sólo se ve a sí mismo y no sabe escuchar, porque sólo se escucha a sí mismo”.
Al hablar de las nuevas estrategias de trabajo a distancia impuestas por la pandemia, Tijerina refirió que ante lo reciente de esta modalidad laboral aún “se están estudiando estas comunicaciones vía digital y en particular el lenguaje no verbal de la comunicación en línea”.
“Hay mucho qué aprender del lenguaje digital, pues hay maneras de transmitir interés o desinterés en una reunión de trabajo a través de la pantalla”, advirtió Tijerina, quien es a su vez estudiante en línea de una licenciatura en Psicología Política en la universidad española Camilo José Cela.
No obstante que en ocasiones “una reunión de Zoom nos acaba cansando porque no es lo mismo que una presencial”, las reuniones en línea en el ámbito laboral son mejores que una conversación telefónica, afirmó la autora, “porque incluso a distancia podemos percibir cuando una persona se interesa, cuando alguien quiere interactuar o quiere cambiar de tema”.
La autora recomendó a los jefes o supervisores que tienen a su cargo coordinar el trabajo en línea, sobre todo en oficinas, prestar atención al tema, “hay que leer el lenguaje no verbal, cuando se avisa, por ejemplo, que el equipo va a trabajar un fin de semana, detectar quién cruza los brazos, baja la cabeza o se recarga en la silla, y vale la pena hablar en privado con esa o esas personas”.
Respecto a la forma en que ha sido recibido “Lenguaje sin palabras”, Bárbara Tijerina se dijo “encantada con la respuesta, porque el lenguaje corporal es un tema que se ha estudiado desde hace tiempo en Estados Unidos, España y Reino Unido, y que hace falta explorar en México”.
La presentación completa de este libro puede verse en el sitio:
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