Petróleos Mexicanos (Pemex) reportó una deuda de 21 mil 874 millones de dólares a proveedores hasta marzo pasado, lo que representa el máximo histórico de los últimos dos años, de acuerdo con sus informes financieros trimestrales, según informó la agencia Animal Político.
En marzo de 2023, la empresa registró un adeudo de 14 mil 906 millones de dólares a contratistas, pero en el mismo mes de este año, la deuda aumentó en 7 mil millones de dólares, lo que significa un incremento del 46.7% entre un año y otro. Esta deuda hasta el primer trimestre de 2024 es el mayor monto registrado desde diciembre de 2021, según los datos trimestrales del Reporte de Resultados no Dictaminados de 2023 y 2024, en el apartado de balance general y pasivos a corto plazo.
Además de los contratos habituales de Pemex, también se han sumado los correspondientes a la estrategia del gobierno federal, como la construcción de la nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, y la rehabilitación de las refinerías ya existentes. Sin embargo, estos esfuerzos no han incrementado la productividad, pues la producción de crudo cayó de un promedio de 3.4 millones de barriles diarios en 2004 a 1.9 millones al terminar 2023.
A esto se suma la deuda financiera de la empresa, que al cierre de 2023 fue de 1,794.62 millones de pesos, equivalentes a 106,056 millones de dólares o el 5.6% del PIB de 2023, considerando que el tipo de cambio era de 16.9 pesos por dólar. La deuda a corto plazo de Pemex también representa otro reto, ya que los bonos con vencimientos menores a un año pueden resultar en tasas de interés más altas al negociar la deuda con más frecuencia. Al cierre de 2018, la deuda de corto plazo era del 9.2% del total, mientras que en 2023 fue del 26.6%, lo cual significa que el riesgo de refinanciar la deuda de corto plazo abarca un porcentaje tres veces mayor de la deuda total de Pemex.
Esto ha llevado a una baja en la evaluación internacional, ya que la agencia Moody’s rebajó la calificación de Petróleos Mexicanos (Pemex) a B3 desde B1, lo que significa una mala calificación de crédito y un paso de caer en lo que se denomina “especulación de alto riesgo”. La empresa estatal ya había perdido el grado de inversión en las evaluaciones de Moody’s en abril de 2020, lo que ubica a Pemex entre las empresas petroleras más endeudadas del mundo, con pasivos financieros que superan los 100 mil millones de dólares.
PLAN DE SHEINBAUM PARA PEMEX
Entre las prioridades en materia económica de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, está hacer una “cirugía mayor” a Petróleos Mexicanos (Pemex) a través de una estrategia que incluirá fortalecer la participación de la iniciativa privada, cambiar el régimen fiscal e incluso la posibilidad de convertir su deuda en soberana. La estrategia de Sheinbaum, a diferencia de Andrés Manuel López Obrador, será fortalecer la inversión privada para las actividades de exploración y producción ya previstas en la legislación, incluyendo las rondas petroleras creadas tras la reforma energética de 2013.
“Ya están establecidos los esquemas y todos estamos de acuerdo. No se requiere ningún cambio legal. Las regalías por producción están perfectamente claras, no tenemos ningún conflicto con la inversión privada”, explicó Alfonso Ramírez Cuéllar, próximo diputado de Morena y parte del equipo de transición de la presidenta electa.
Otra acción urgente, dijo, será “modificar el régimen fiscal de Pemex. Debe ser una modificación gradual y, en un momento dado, sí se tiene que tomar la determinación de que la deuda se convierta en deuda soberana, porque es mucho más barato; pero tiene que estar acompañada de una reestructuración financiera completa y operativa de Pemex. No tiene sentido llevar a la deuda soberana si seguimos arrastrando muchas de las deficiencias”.
Estas medidas buscan mejorar la situación financiera de Pemex y asegurar su viabilidad a largo plazo, enfrentando tanto los retos inmediatos de deuda como los problemas estructurales que han afectado a la empresa en los últimos años.