La desertificación y la sequía son problemas agudos en el país, pues han generado pobreza –afectan especialmente a los grupos vulnerables, sobre todo en zonas rurales– y una pérdida de tradiciones culturales, por lo que es necesario tomar conciencia sobre ellos y emprender acciones claras para preservar la salud de los suelos, consideró el experto de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, Gustavo Mercado Mancera.
En el marco del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía (17 de junio), establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas desde 1994, el especialista en manejo y preservación de los recursos naturales detalló que el principal problema es que a través de los años la población en general ha creído que no es un asunto tan grave y por lo mismo no lo tiene bien conceptualizado.
Mercado Mancera señaló: “Hoy nos damos cuenta que no solamente los ecosistemas áridos están en peligro, sino que también sufren un proceso de desertificación las selvas, los bosques templados y otros ambientes en México. A pesar de que en la legislación existen pronunciamientos para el cuidado y conservación del medio, seguimos avasallando los recursos naturales, generando las causas de la degradación del suelo.”
Cuando hablamos de estas cuestiones con los tomadores de decisiones, a los funcionarios en turno –ya sea a nivel federal, estatal o municipal– les gusta más hablar de sequía, porque brindan apoyos en una temporada; sin embargo, debemos considerar que en más del 40 % del país tenemos aridez y semiaridez, y ésa es una condición permanente, indicó.
El profesor de agrometeorología recordó que las actividades humanas han generado que estos fenómenos se vayan exacerbando, causando miles de muertes en el mundo por desastres naturales relacionados con la falta de agua y la migración. Por ejemplo, durante la sequía del periodo 2010-2011 más de 70,000 cabezas de ganado en la nación se murieron porque no había agua, y mucha gente emigró a Estados Unidos.
Incluso las tierras áridas –caracterizadas por ser sitios de baja de precipitación pero con una gran biodiversidad de flora y fauna– también sufren problemas de desertificación debido al sobrepastoreo y la erosión del suelo, además de las sequías que se han prolongado.
En los últimos 50 años se ha acelerado el efecto de este cambio climático y, más allá de la degradación de los terrenos, el problema es que hay una pérdida de la productividad y de la estructura biológica del suelo original. Este proceso puede ser irreversible, alertó.
“Lamentablemente es como en el caso del agua, nos piden: ¡cuídala!, dúchate rápido, no la desperdicies, reutiliza la de la lavadora, pero hay empresas que la siguen extrayendo sin parar y nadie les dice nada. De hecho, existen varias comunidades cercanas a esas organizaciones donde tienen agotamiento de sus acuíferos, y entonces este problema también se torna político”, resaltó Mercado Mancera.
El profesor agregó que los procesos de degradación y desertificación llevan tiempo, y una muestra de ello es la temperatura, y como ejemplo puso la estación meteorológica de la FES Cuautitlán, que hacia 1998 registró su temperatura máxima de 34 grados Celsius, pero este año “hemos cursado 6 días con temperaturas arriba de 34.0, el pasado 11 de mayo llegamos a 34.7 grados Celsius y el 25 del mismo mes se alcanzaron los 35.6.
Esto agudiza los problemas de sequía que tenemos de forma natural en esta temporada, y si ahora sumamos una alta evaporación, pérdida de agua, la sobreexplotación de los acuíferos, encontramos presas en embalses de agua secos o con capacidades muy menores del 30 %; de hecho, el sistema Cutzamala está debajo del 50 % de su capacidad.
Mercado Mancera aseguró que no es posible hablar de este tema sin asociarlo a la tala, la deforestación, la generación de incendios o quema de las tierras para el siguiente ciclo de cultivo, lo cual está mal porque ahí se degrada la fertilidad del suelo y esa es otra causa de la desertificación, porque se elimina la materia orgánica y la microflora benéfica en el suelo se pierde.
Mencionó que un problema causante de la desertificación es el cambio de uso del suelo, pues la mancha urbana sigue creciendo, en parte, porque la gente se mueve de las zonas rurales a las urbanas.
Otro gran conflicto generado es la pérdida de cultura en las comunidades rurales, porque los muchachos se van, salen a buscar otras oportunidades y pierden las ganas de regresar al campo. De modo que hay una transculturización muy grande y severa en estas comunidades.