De acuerdo con la información reciente de las Naciones Unidas, en la sección de Evaluación del Monto y cómo la Inversión Directa Extranjera (IED) fue impactada a nivel global, en los últimos años se ha constatado que las empresas, individuos y grupos financieros han contribuido de manera significativa a la movilidad del dinero; y que en 2023 tuvo un total de 1,332 millones de dólares en lo que respecta a las IED en general. Disminuyendo un 2% en comparación con el año 2022.
En 2023, se presentaron más de 18 mil proyectos de IED en todo el mundo y todos con la intención de inversiones en diferentes países. El 58% de los casos estaban relacionados con el poder usar el dinero en el sector de servicios (comercio, transporte, financieros, entre otros); un 41% en el sector secundario (industria extractiva, eléctrica, manufacturera y construcción); y solo 1% en el primario (agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca).
El primer cambio de dinero está ocurriendo. El mundo ya no está dispuesto a invertir en servicios. La población no está buscando comodidad a través de servicios, sino la posibilidad de adquirir tecnología, energía y cambios en la forma en que se han construido los hogares en el mundo, ante el incremento del costo del dinero. El objetivo es crear nuevas formas de negocios que puedan incrementar la rentabilidad y adaptabilidad del dinero en países, donde esté seguro y cómodo.
Al evaluar las intenciones de los proyectos en cuanto a la IED, y al comparar el año 2023 con el 2022, se observa un aumento de intenciones en el sector secundario en un 7%, y una contracción con el mismo valor en el sector terciario.
El ámbito financiero persigue la inversión en la creación de nuevos negocios que propician una mayor diversidad económica. Es importante tener en cuenta que un país que carece de crecimiento en el sector secundario se encuentra en un estado de desequilibrio económico. En especial, debido a la presencia de múltiples empresas, individuos o gobiernos que prestarán servicios a los mercados y que llevarán al final económico al no haber nueva IED continua.
En 2022, se planeó usar como IED un monto de 1,309 mil millones de dólares, incrementándose en un 2% para el 2023. En ese año, el sector primario alcanzó el 8% del total, mientras que en el año 2023 se ubicaba en un 5 por ciento. El sector secundario, que representaba un 37%, pasó a un 44 por ciento. Mientras que el sector terciario, de un 55% pasó al 51 por ciento.
Las variaciones en cuanto al número de proyectos y la asignación de fondos, confirman al mundo que la década venidera se enfocará en la atención del sector secundario. Eso nos da un conocimiento de dónde se está invirtiendo mayormente.
Ahora, con esta información, la ONU identificó a qué industrias es a donde más va la IED. En primer lugar, el dinero se destina a la energía y gas; seguido por la electrónica, información, automotor, construcción, siderúrgica, transporte y almacenamiento, industrias extractivas, refinación y química.
El mundo está cambiando en función de a qué industrias se invierte más
La industria de refinación, química, automotriz, siderúrgica y transporte ha experimentado un notable cambio en los últimos años. Lo anterior indica que el mundo aún no está preparado para abandonar los combustibles derivados del hidrocarburo; y que la industria química será el futuro. Es decir, donde se encuentran los sectores farmacéuticos, petroquímico y plásticos. A fin de que la inversión extranjera directa no sea afectada por ingresar a un país, se deberá considerar lo siguiente.
Condiciones de financiación
Las condiciones de financiación que pueden estar asociadas a un proyecto, un negocio establecido o un nuevo negocio. En el año 2023 se registró una disminución del 26% en los acuerdos internacionales de financiación de proyectos. Los cuales son esenciales para la inversión en infraestructura.
Crisis, proteccionismos y realineamientos regionales
En la actualidad, estas circunstancias están afectando la economía global, fragmentando las redes comerciales, los entornos regulatorios y las cadenas de suministro globales. Esto impide la estabilidad y visibilidad de los flujos de inversión globales. Lo que genera obstáculos y oportunidades aisladas.
También es importante entender que las inversiones están creciendo en diversos sectores manufactureros intensivos, en cadenas de valor globales, como la automotriz y electrónica. El objetivo de este tipo de inversiones es ubicar el capital en regiones y países con una facilidad de acceso a los principales mercados. Adicional, el propósito es disminuir los costos de la logística y obtener ventajas arancelarias.
México tiene un gran reto hacia 2026. El cual dependerá de cómo se ha acordado, evaluado y modificado el Tratado de Libre Comercio (TMEC) entre Estados Unidos, México y Canadá. Nuestro vecino del norte representa el 24% del total de IED en todo el mundo; Canadá el 4% y México el 3%. Estos tres países en conjunto agrupan el 31% de IED en 2023. China solo representó el 12 por ciento.
México se desplazó del duodécimo lugar en 2022 al noveno en 2023. Sin embargo, esto se debe a la contracción total del dinero en la IED global. Además, mantuvo la misma cantidad de IED de entrada.
México, actualmente, tiene un problema. La IED está contraída en un 65% pasando de 11 mil millones de dólares a casi los 4 mil, respecto a la inversión nueva del 2018 a 2023.
La realidad es que el sector secundario está manteniendo sus inversiones, debido a que las empresas están reinvirtiendo sus utilidades para mantener el negocio en el mercado. Sin embargo, lo anterior está estresando al sector terciario, al no tener cómo crecer, al ser las mismas empresas en los mercados y que no necesitan más servicios.
El dinero ha hablado: “No le importa la ideología”. Él desea que se invierta en el sector secundario y específicamente en la transformación del crudo en combustibles, energía, siderúrgica, manufactura, transporte y en la química.
Cambiar atracción de inversiones
México está cerca de un mercado de alto consumo, alrededor del 80 % de las exportaciones van al mercado estadounidense. Con el nearshoring en puerta y con los hallazgos realizados por la ONU, todo indica que debe haber un cambio en la forma en que se está conceptualizando el mediano y largo plazo de la atracción de las inversiones.
En el corto, México requiere de hacer políticas públicas trascendentales sexenales, regidas por un plan de nación, y no de la administración en turno. De no hacerlo estamos destinados a mantener la misma inversión extranjera al reutilizar las empresas y su capital para mantener el negocio. De modo que quedarían fuera de la economía mexicana las nuevas inversiones que propiciarían un crecimiento económico, tecnológico, energético, mercados e ingresos adicionales para el país.
Examinemos de manera adecuada hacia dónde debe ser atraída la Inversión Extranjera Directa los próximos años.