Irma Consuelo Cielo Serrano Castro. Su gusto por la música fue poco a poco creciendo cuando, siendo pequeña, pasaba horas practicando canto y recitando diferentes poemas. Estudió la carrera de literatura. ​Irma se dedicó al canto, donde se enfocaría principalmente en el género de música ranchera. Posó desnuda para Diego Rivera y, muy joven, se hizo amante del gobernador de Veracruz, Fernando Casas Alemán, en una relación abusiva. Apoyada por Casas Alemán, inició como cantante con éxito. Hizo un par de películas de luchadores sin pena ni gloria. Con influencia, gana premios en el cine y hace la película “Tiburoneros”. Con apoyos, gana premios musicales y se convierte en una artista conocida. En 1968, empieza a usar el seudónimo de La Tigresa. En 1972, decidió comprar el Teatro Virginia Fábregas. Se peleó con Alejandro Jodorowsky por la obra teatral “Lucrecia Borgia”. Tuvo una serie de presentaciones teatrales con buen éxito económico.

Cuando tenía tan sólo 17 años, se relacionó con el entonces gobernador de Veracruz, Fernando Casas Alemán, algo que no fue muy bien visto y dio mucho qué hablar, pero aun así, Serrano colocó a este político como uno de sus tres grandes amores.

El segundo de ellos y el más escandaloso fue la relación que tuvo con el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz , a quien conoció durante una reunión de políticos y a partir de ese momento se convirtió en su amante durante cinco años, un hecho por todos conocido y un gran escándalo para la época, ya que el mandatario se encontraba casado con Guadalupe Borja, quien siempre estuvo al tanto de los costoso regalos que la actriz recibía, desde una lujosa mansión hasta antigüedades, como la cama de la emperatriz Carlota.

El acoso que comenzó a vivir Serrano por parte de la primera dama fue tal que le bloqueó proyectos en cine y en la música, gracias a la intervención de quien era en ese momento secretario de Gobernación, Luis Echeverría. Así que, para contraatacar, la también cantante decidió llevarle serenata a su rival en amores hasta la puerta de Los Pinos, entonces residencia oficial del presidente, pero fue éste quien salió a recibirla únicamente para terminar con ella. Fue tal el coraje de «La Tigresa» que de una bofetada le rompió el tímpano a Díaz Ordaz, algo que por poco le cuesta la libertad ya que miembros del Estado Mayor Presidencial estuvieron a punto de reprenderla, pero la intervención del presidente lo evitó. Así fue el capítulo final de esta historia.

En la década de los 70 mantuvo un amorío con el empresario Alejo Peralta, el tercero de sus grandes amores, pero a pesar de que su relación duró poco, «La Tigresa» dijo que congeló su esperma para después intentar embarazarse, esto sucedió cuando ella tenía ya siete décadas en su haber, pero a pesar de que se dijo que había logrado concebir in vitro y perdió el producto, la actriz posteriormente desmintió que esto haya sucedido.

Irma Serrano logró tener en su cama a uno de los galanes más cotizados de México, Andrés García, quien en su canal de YouTube contó que más allá del aspecto sexual, disfrutaba mucho las conversaciones que tenía con la ex política.

Tres mujeres de cuidado fuera de su época, fuera del status feminista y de la actitud de su tiempo. Todas amantes de dignatarios, todas bellas, que sin vergüenza y sin pudor mostraban al mundo sus amores públicamente.

La pregunta, ¿por qué solo tres? Quizás habrá muchas otras que han vivido tempestuosamente sin que sus vidas les sean conocidas. Yo brindo por las 3  a las que admiro sin haberlas conocido en persona. Como dicen los franceses: “cherchez la femme”……..

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