La Güera Rodríguez, María Félix e Irma Serrano, las tres en su momento histórico, fueron luminarias de la vida cultural, artística y social en sus respectivas épocas. Las tres tuvieron diversos amores que hacían sonrojar y permitían chismes que deleitaban a la gente que las conoció.
Laura Rodríguez
María Ignacia Rodríguez de Velasco, o simplemente la Güera Rodríguez (20 de noviembre de 1778 – 1 de noviembre de 1850) hija de criollos, quien figuró en la sociedad colonial mexicana por brindar su apoyo a la Independencia de México. Fue una mujer popular de la época por su inteligencia, carácter fuerte y belleza. Se convirtió en una mujer notable y destacada en la aristocracia novohispana, además de haber sido una de las heroínas nacionales menos conocidas, muy probablemente porque rompía con los estereotipos de la mujer novohispana.
Cuentan que en los salones de su casa dirimían los peligrosos temas de la independencia.
Lamentablemente, algunos escritores como Artemio de Valle Arizpe y Romeo Hernández Mendoza, entre otros, hacen énfasis en sus biografías a sus amoríos y amistad con personajes muy conocidos en la historia. Al poseer una belleza incomparable, se piensa que el famoso artista Manuel Tolsá esculpió la Virgen de La Profesa inspirándose en ella, siendo la única pintura realizada de su rostro.
Debido a su cercanía con el mundo de los hombres, la Güera Rodríguez terminó por ser estigmatizada como una mujer frívola que sedujo a insurgentes, virreyes y otros personajes históricos. Ejemplo de ello, es que fue considerada como un personaje emblemático de la Independencia, por mantener una relación amorosa con Agustín de Iturbide, futuro emperador de México, e impulsarlo a que llevara a cabo, y completara, la «libertad mexicana». Cuando Agustín Iturbide ya emperador de México originó un desfile militar que él encabezaba a caballo, cuentan las malas lenguas que cambió a tres cuadras la dirección con tal de mostrar ante la casa de la Güera sus grandes habilidades de jinete para que ella pudiera desde el balcón reglarle una rosa. Así mismo, mantuvo una relación con el libertador Simón Bolívar y con el explorador y naturalista alemán Alexander Von Humboldt.
El escritor Guillermo Barba, que busca reivindicar la imagen de la que puede ser considerada la primera feminista en México, comenta: “La Güera fue libre de cuerpo, pero también de mente. Tuvo dos estigmas: el primero, conseguir su propia libertad como mujer, y el segundo, la libertad de su patria. Ambas las consiguió a pesar de que tenía familia y de haber puesto en riesgo su riqueza. Desde 1808 hasta la consumación de la Independencia en 1821 se mantuvo viuda, fue madre de cinco hijos, arriesgó su vida, se enfrentó a la Inquisición y conspiró para alcanzar el sueño libertario.”
La güera Rodríguez nunca se apeno de su feminismo y en una era imposible usaba su sexo, belleza e inteligencia para convertirla en la más relevante mujer de su época.