La tasa de desocupación en México, medida como porcentaje de la población económicamente activa (PEA), avanzó a 2.7% en marzo en cifras desestacionalizadas, por lo que mantuvo al desempleo del país en niveles mínimos desde que existe registro, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
El desempeño del mercado laboral nacional cumplió con las estimaciones de los analistas encuestados por Infosel, quienes esperaban un incremento de la desocupación a 2.7% en el tercer mes del año.
Al observar el desempeño del mercado laboral en cifras originales o sin ajuste estacional, la tasa de desocupación descendió a 2.3% en marzo o el equivalente a 1.4 millones de personas.
“El resultado es consistente con un patrón estacional positivo, reflejando el reajuste de la métrica tras los dos primeros meses del año donde suele ser más alta”, escribieron analistas liderados por Juan Carlos Alderete, director ejecutivo de análisis económico y estrategia de mercados de Grupo Financiero Banorte, en un reporte.
Por su parte, la tasa de subocupación nacional o la que registra el número de personas que tuvieron necesidad de trabajar y cuentan con disponibilidad para hacerlo aumentó 0.2 puntos porcentuales para ubicarse en 6.9% de la PEA en marzo –en la serie desestacionalizada– o el equivalente a 3.9 millones de personas.
Finalmente, la tasa de informalidad disminuyó 0.1 puntos porcentuales en marzo para ubicarse en 54.4% de la PEA o el equivalente a 32.5 millones de personas.
“En nuestra opinión, estas cifras refrendan que el mercado laboral no solo mantiene una posición sólida, sino que sigue estrechándose”, agregaron los expertos de Banorte.
Finalmente, el salario promedio por hora se ubicó en 57.54 pesos, 99 centavos por debajo del mes previo. “En nuestra opinión, la tendencia alcista de los salarios continuará apoyada por la estrechez del mercado laboral y el ‘efecto faro’ del salario mínimo”, explicó el equipo de trabajo de Alderete.
Hacia adelante los expertos consideran que podría presentarse una caída secuencial de la actividad económica, lo que originaría ajustes en el mercado laboral de México, aunque con un movimiento acotado considerando los niveles actuales de estrechez.