El gobierno de México debe 7.5 millones de dólares a la Organización de Estados Americanos (OEA) por su membresía anual. La organización, dirigida por el uruguayo Luis Almagro, fue acusada por el presidente Andrés Manuel López Obrador de injerencista contra los gobiernos populares de América Latina y palera de los grupos de intereses creados, por lo que en reiteradas ocasiones ha mencionado que debe desaparecer.
Para este año, México debe pagar una cuota de siete millones 954 mil dólares, de los cuales sólo ha pagado 203 mil 702, es decir 2.5 por ciento, de acuerdo con el reporte de la Secretaría de Administración y Finanzas de la organización sobre deudas a febrero pasado.
Este diario buscó a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la cual es la encargada de cubrir las cuotas de México a organismos internacionales, para saber si se ha hecho alguna otra aportación económica a la organización regional, pero al cierre de esta edición no respondió.
La cuota asignada para este año a México aumentó poco más de un millón de dólares comparada con la que pagó en 2022, debido al incremento de 8.5 por ciento que la Asamblea General aprobó para el presupuesto de la organización.
En su artículo 55, la Asamblea General establece las bases para fijar la cuota con que debe contribuir cada uno de los gobiernos al sostenimiento de la organización, tomando en cuenta la capacidad de pago de los respectivos países y la determinación de éstos de contribuir en forma equitativa. México es el cuarto contribuyente, después de Estados Unidos, Canadá y Brasil, entre las 33 naciones que integran la OEA, tras la salida en noviembre pasado de Nicaragua.
4.º lugar en aportación de recursos a la organización, ocupa México
Su aportación económica, a través de la SRE, es para financiar gastos vinculados a la democracia y gobernabilidad en la región, derechos humanos, seguridad multidimensional, desarrollo integral, administración, así como la operación de la dirección ejecutiva y el apoyo a los Estados Miembros.
La administración del presidente López Obrador no reporta, sin embargo, adeudos de años anteriores ni préstamos vigentes con la OEA, la cual fue creada en 1948.
La organización prepara la que será su comitiva más grande en la historia de nuestro país para observar las elecciones presidenciales del próximo 2 de junio. Además, su secretario general, Luis Almagro, se reunió el mes pasado con la candidata de la Alianza Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, quien le solicitó la supervisión del organismo como observador en la contienda electoral.
La OEA avaló en 2018 el triunfo como presidente de López Obrador, quien desde que asumió el poder promueve su desaparición por no “servir para nada”, ser injerencista y hegemonista.
“Actúa de manera tendenciosa y cuando digo que cuesta mucho es porque ganan en dólares y ni se despeinan. No trabajan y hay que estarles pagando”, afirmó el mandatario durante su conferencia de prensa matutina del 12 de septiembre del 2022, luego de que la OEA criticó la decisión de ceder el control de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.
“Le quiero decir a la OEA que no han hecho nada para defender a los pobres del mundo, y tienen aparatos administrativos y muchísimos burócratas, pedigree, porque ganan muchísimo dinero, pero no ven nada en violación de derechos humanos”, dijo López Obrador en otra de sus conferencias.
La OEA ha sido reiteradamente crítica del gobierno que encabeza López Obrador desde hace ya casi seis años. Los señalamientos han reprobado la violencia que afecta al país, el asesinato de ambientalistas y defensores de derechos humanos; así como el trato que desde su gobierno han recibido los periodistas en México.
En 2020, México fue uno de los dos países que votó en contra de la reelección de Luis Almagro como secretario general de la OEA.
En su último ataque, el mandatario mexicano dijo la semana pasada que en las investigaciones de la desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa —ocurrida el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero— ha habido intervenciones indebidas de la OEA y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
En opinión de Víctor Bata, internacionalista de la UNAM, acabar con la OEA como ha propuesto abiertamente López Obrador sería matar el sistema interamericano ya que es la cabeza de un entramado jurídico y político que concentra al Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización Panamericana para la Salud, la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Junta Interamericana de Defensa.
“Es una idea que el presidente López Obrador ha planteado desde el inicio de su administración por una cuestión, yo creo, ideológica, pero en la realidad sería muy complicado porque no sólo es la OEA, sino todo el sistema interamericano que, a pesar de las fallas, funciona sobre todo en áreas como la salud y vigilancia de derechos humanos”, afirmó el experto.