El engaño empezó al intentar hacernos creer que la vacuna «Patria» era el producto del avance científico que se daba en nuestro país. La realidad es que esa vacuna fue desarrollada en la escuela de medicina Icahn de Mount Sinai en Nueva York, EEUU. La intención de los investigadores de ese lugar era crear una vacuna de bajo costo, que pudiera ser utilizada en países con grandes poblaciones. El biológico fue entonces ofrecido a 4 países: Brasil, Tailandia, Vietnam y México.
Como todo lo que ha ocurrido en materia de salud en estos últimos 5 años, primero se presumió que ya teníamos una vacuna mexicana, se le dio el nombre de «Patria», en memoria del poeta Ramón López Velarde y se nos aseguró que la vacuna estaría lista para septiembre del 2021.
La realidad es que fueron pasando los meses y sí, los años, porque de la promesa de tenerla en septiembre del 2021 al día de hoy han pasado 2 años y 4 meses. Los estudios fase 2 y fase 3 no han sido publicados en ninguna revista científica. Nadie conoce los resultados, pero si hay algunos que afirman que la vacuna es eficaz.
Ante la promesa que se hizo y el gran fracaso que fue la vacuna mexicana contra Covid-19, se decidió seguir con el engaño. El 30 de enero de este año COFEPRIS, a través de su director, declararon que la vacuna había sido aprobada como uso de emergencia para aplicarse como refuerzo. Cabe recalcar que ya no existe el «uso de emergencia» en Covid-19. Sin embargo, al haber rechazado la vacuna de AstraZeneca hace algunos meses por no estar actualizada se recurrió a esta farsa para aprobarla.
Patria nunca será reconocida por la OMS, lo cual sabemos que no es importante para la actual administración sanitaria; desde hace 20 meses se aplica una vacuna cubana que tampoco está aprobada por la máxima organización de salud en el mundo. Pero la declaración que hizo el Dr. Alejandro Svartz es muy grave. Usar un biológico sin haber publicado los resultados de las investigaciones necesarias para conocer la eficacia de la vacuna es ir en contra de todos los principios de seguridad y ética para la aprobación de una vacuna de uso humano. Esto va más allá de un simple engaño.
La pandemia causó en forma directa o indirecta la muerte de más de 800,000 mexicanos. Su manejo fue criminal, pareciera que lejos de reconocer las fallas y los errores, las mentiras continúan. Lo sucedido con el desarrollo de la vacuna ha sido un engaño, pero de aplicarse a mexicanos sin los estudios necesarios sería otro crimen.
Hay una frase que dice «Me asusta como hay gente que puede mentir y jurar que está diciendo la verdad». Pues es aún más terrible que esas mentiras se realicen en el campo de la salud, donde la vida de muchos mexicanos está de por medio.
X: @DrPacoMoreno1