Conozco a varios políticos serios y honorables que militan en Movimiento Ciudadano (MC). A ellos les creo cuando me dicen que quieren ser la tercera opción política de México. Rechazan a los partidos del pasado (PAN, PRI y PRD) así como a Morena y sus aliados, los impresentables del PT y del Verde. Pero…
Para su desgracia, además de seguir controlados por un cacique político que liderea el partido desde su fundación en 1999 (Dante Delgado), ahora sus figuras principales son dos jóvenes inmaduros y frívolos a los que parece que el poder los ha enloquecido.
En primerísimo lugar está el gobernador de Nuevo León, Samuel García. Quiso ser el candidato presidencial de MC, comenzó su precampaña, iba muy bien en compañía de su muy popular esposa, la influencer Mariana Rodríguez, pero se tuvo que bajar de la contienda por su mala operación política.
Ingenuamente creyó que el PAN y el PRI de Nuevo León le darían la licencia para irse a la campaña presidencial dejando él al gobernador interino. Panistas y priistas le otorgaron el permiso, pero pusieron a un cuadro suyo al frente de la gubernatura. Quién sabe a qué le tuvo miedo Samuel que prefirió quedarse como gobernador de Nuevo León a dejarle su lugar a un político opositor por seis meses.
Fracasó por su falta de oficio político.
Y MC se quedó sin candidato presidencial.
Al relevo tuvo que entrar un joven desconocido en la política nacional: el diputado federal, Jorge Álvarez Máynez, quien antes de militar en MC ya había pasado por el PRD, Nueva Alianza y el PRI. Fue Samuel García quien lo destapó en una comida dominguera al calor de unos tequilas. Una escena frívola que calificó así el otro gobernador emecista, el jalisciense Enrique Alfaro:
“En una mesa con botana y cerveza, el gobernador (de Nuevo León) se asumía como líder de nuestro movimiento y nos dictaba instrucciones sobre el camino a seguir. Quienes usan la idea de lo nuevo para disfrazar lo absurdo, los que nos metieron en el callejón de la banalidad, el callejón de la no política, no son los líderes de este proyecto ni mucho menos del movimiento social que construimos en Jalisco”.
En un video posterior, García le entregó un par de tenis naranja fosfo-fosfo a Álvarez como heredándole el cargo.
La banalidad de ambos personajes ahora dio un nuevo giro con la aparición de un video donde están ambos, junto a unos amigos, claramente alcoholizados, en un palco privado para ver el juego de los Tigres de la Universidad de Nuevo León. Yo ni soy puritano ni tengo nada en contra de que la gente se emborrache. Muy su derecho. Pero, como bien dijo Joaquín López-Dóriga: “Si se emborrachan, no lo graben, si lo graban, no lo suban, si lo suben, aguántense”.
En lo personal, no me agrada ver a un gobernador y un candidato presidencial en la borrachera. El video en cuestión es un golpe para la imagen de MC que quiere venderse como un partido joven, diferente, serio y progresista. En su lugar, lo que vemos son a unos machos, mirreyes, arrogantes, fresas, disfrutando de los privilegios del poder.
En suma, dos que ya perdieron el piso.
Eso pienso, pero alguien me comentó que yo no estaba entendiendo que esto va dirigido a las nuevas generaciones a las que supuestamente les gusta ver a los políticos ebrios en compañía de sus amiguetes. Puede ser, pero yo me rehúso a aceptar que éste es el desenlace de la política en estos tiempos de TikTok.
Durante su sexenio, muchos malquerientes de Felipe Calderón lo criticaron por su supuesto alcoholismo. Sin embargo, nunca se publicó ni un solo video donde el Presidente apareciera borracho. Ahora resulta que es cool que los propios políticos se graben y publiquen videos donde están bebiendo o incluso cuando ya están hasta las manitas.
¿De verdad?
¿Es ésa la tercera alternativa que propone MC?
MC, más bien, cada vez se está pareciendo al Partido Verde que solía hacer estos desfiguros. Recuerdo, por ejemplo, las famosas fiestas etílicas (y hasta peligrosas) del “niño verde”, Jorge Emilio González Martínez, o las bufonerías del diputado boxeador Jorge Kahwagi quien un día se presentó borracho al Congreso.
Y, como el Verde, MC parece que está siguiendo la estrategia de aliarse y hacerle trabajos sucios al partido con mayor fuerza electoral. Por lo menos así se ve Samuel García cada día más cercano a López Obrador y a Morena.
¿Será que es el nuevo “niño naranja”?
- X: @leozuckermann