Siempre he dicho que Xóchitl Gálvez es la mejor candidata presidencial para la oposición, y lo sostengo. Como muchos, pienso que perdió mucho tiempo para encontrar un estilo y mensaje una vez que amarró la candidatura. Creo, como ya han adelantado algunos colegas, que su acto de cierre de las precampañas del domingo pasado fue un punto de inflexión para bien.
Por fin apareció la Xóchitl alegre, combativa y, sobre todo, con un mensaje que puede resonar en el electorado.
En un discurso breve, bien redactado y leído con pasión, la candidata habló de la pérdida de tres valores —la vida, la verdad y la libertad— durante este sexenio. Ofreció los argumentos y la evidencia que sustentan dicha privación.
Ergo, si esas tres cosas se han perdido, el país requiere recuperarlas.Xóchitl se propone hacerlo. La candidata opositora finalmente nos da las razones de por qué votar por ella. Puede gustar o no, pero ya hay un discurso con sustento que puede repetirse fácilmente: vida, verdad y libertad.
Desafortunadamente para Gálvez, este punto de quiebre llega en un mal momento. Debido a la estúpida ley electoral que tenemos, viene el llamado “periodo de intercampañas” donde los candidatos están obligados a desaparecer de la escena. Una absoluta tontería que afecta más a los candidatos que traen buen momentum electoral.
No dudo que Xóchitl busque maneras para seguir haciendo campaña con las típicas simulaciones mexicanas. Sin embargo, perderá 41 días de spots de radio y televisión, que son críticos en las elecciones presidenciales. Los anuncios podrán retomarse hasta el primero de marzo.
A eso hay que sumar que la mayoría de los medios de comunicación nacionales no le han dado mucho espacio noticioso a Gálvez, sea por presiones de Palacio Nacional o por decisión propia. Doy un dato: de todos los principales periódicos que se publican en la Ciudad de México, sólo uno reportó en su portada el cierre de Xóchitl el domingo pasado.
Así que, entre una cosa y otra, la candidata opositora la tiene cuesta arriba. Sobre todo porque las encuestas la ponen en un lejano segundo lugar frente a Claudia Sheinbaum, con una diferencia de dos dígitos.
Soy de los que piensan que de ninguna forma podemos decir que este arroz ya se coció. Sí, Claudia va arriba. Sí, Morena es el partido que tiene mayor posibilidad de ganar la elección presidencial. Sí, Xóchitl tiene una probabilidad más baja. Pero una probabilidad baja no es una probabilidad nula. Las campañas siempre están llenas de sorpresas, errores y aciertos.
Ahora que Gálvez ha encontrado un mensaje, creo que puede dar la pelea.
Los que no piensan eso, para fortuna de ella, son los morenistas, que están convencidos de su triunfo. Ya se están repartiendo el arroz cocido. Para Claudia, todo es cuestión de no arriesgarse estos meses que faltan para la elección y evitar equivocaciones.
En este sentido, menosprecian a Xóchitl.
Están convencidos que no hay forma de que los alcancen. Cuando eso sucede, las campañas se llenan de hibris: la desmesura de la arrogancia. Y eso inevitablemente lleva a cometer errores.
Es una vieja historia. Aquí lo vimos en 2006. Según todas las encuestas, López Obrador tenía ganada esa elección. En un lejano tercer lugar se encontraba el panista Felipe Calderón. El lopezobradorismo siempre lo menospreció. De ninguna forma Calderón le podía ganar al todopoderoso y popular exjefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Calderón, que comenzó muy mal su campaña y luego corrigió, fue subiendo poco a poco. Entre más subía en las encuestas, más lo desdeñaban AMLO y compañía. En un arrebato de hibris, el entonces perredista decidió no ir al primer debate presidencial. Le dejó el terreno completo a Felipe, que lo aprovechó con creces.
Este fin de semana, Claudia le lanzó un puya a Xóchitl con respecto a García Luna. Con buen tino, Gálvez le reviró diciéndole que le pregunte a su colaborador, Omar García Harfuch.
¿Y qué hizo Sheinbaum? Esconderse. Mandó a su vocera a responderle. Con una arrogancia chocante, Tatiana Clouthier afirmó que Xóchitl no tenía el nivel para ponerse al tú por tú con la candidata morenista. Ah, la hibris.
Están menospreciando a Gálvez. Es un error que les puede costar caro. Lo bueno es que tienen a su favor la estúpida ley electoral y la protección de los medios de comunicación, que no quieren pelearse con Claudia porque les conviene o quieren evitar la ira de López Obrador.
X: @leozuckermann