El martes 28 de noviembre, la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados devolvió a la Comisión de Puntos Constitucionales el dictamen para reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. Por un lado, la decisión se tomó con el fin de que se incluyan las consideraciones y conclusiones vertidas en los foros del Parlamento Abierto en materia de jornadas y descanso laboral y, en otro sentido, algunas bancadas piden la realización de estudios sobre el impacto económico que tendría de aprobarse el cambio de horas.
La Dra. Cirila Quintero Ramírez, investigadora de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef) en la Unidad Matamoros, comentó que esta discusión sobre la jornada laboral no es nueva en México, lleva décadas presente en la discusión y algunos sindicatos han logrado obtener jornadas laborales de cuarenta horas a la semana o, en otros casos, dos días de descanso.
En cuando al tema de los empresarios y el recelo hacia esta iniciativa, la doctora compartió que México no sería el primer país del mundo en reducir la jornada laboral, los cuales han logrado mejores niveles de productividad y desarrollo. Añadió que la clase empresarial tiene que desaprender la idea de que más horas de trabajo es mayor productividad, en muchos casos sucede justo lo contrario.
Por último, puntualizó que esta iniciativa se trata de establecer jornadas laborales de 40 horas, pero que esto no es igual a trabajar ocho horas de lunes a viernes, sino que, de aprobarse, quedaría a decisión del empleador cómo pactar las jornadas laborales, turnos de 12 horas todavía seguirían existiendo, por lo cual, comentó la investigadora, no se trata de una iniciativa que vea totalmente por la clase trabajadora.