El llamado “segundo piso” de la Cuarta Transformación es un proyecto para concentrar el poder. Se trata de retener la Presidencia, ganar una mayoría calificada de dos terceras partes de la Cámara de Diputados y Senadores para reformar la Constitución y, así, cambiar la manera en que se elige a los ministros de la Suprema Corte de Justicia a una que les asegure una cómoda mayoría en el Poder Judicial. También utilizarla con el fin de debilitar o desaparecer a los órganos autónomos del Estado (por ejemplo, el INE) y pasar esas tareas al Ejecutivo.
Quieren todas las fichas de la mesa. Aspiran a que la totalidad de la política nacional se haga en Morena.
Entiendo la existencia de una racionalidad propia del poder en esta idea. Les chocan los contrapesos y la posibilidad de una alternancia. Desean quedarse en el poder por décadas. Concentrarlo para no soltarlo nunca.
Se vale soñar. Así son los políticos, sobre todo los que no creen en la democracia liberal.
Pero, más allá de un proyecto de poder, me parece pertinente la pregunta de qué más quieren hacer una vez que lo controlen todo.
Bertrand de Jouvenel decía que las revoluciones sirven para centralizar y concentrar el poder o no sirven para nada. Efectivamente, una revolución es un proyecto de rompimiento radical con el statu quo. No hay otra manera de sacar adelante lo que tenían pensado los bolcheviques más que concentrando todo el poder en Stalin.
Y esto me lleva a la pregunta: ¿Morena quiere concentrar el poder porque está pensando en hacer una revolución?
Más allá del proyecto político de desaparecer cualquier tipo de contrapeso, ¿en qué están pensando?
Morena ya nombró a una Comisión Especial para la Elaboración del Proyecto de Nación para profundizar la Transformación: 2024-2030. Entre los 21 integrantes están Epigmenio Ibarra, Héctor Díaz-Polanco, Hugo López-Gatell, Jenaro Villamil, Lorenzo Meyer, Pedro Miguel, Paco Ignacio Taibo II, María Elvira Concheiro y Rafael Barajas El Fisgón. Destaca la gran cantidad de cuadros morenistas del ala más radical. Están, desde luego, en su derecho. La pregunta es qué propondrán.
Salvador Camarena obtuvo un borrador del documento que están preparando y lo resumió en El País. Además de chutarse al Poder Judicial y los organismos autónomos, hay muchas propuestas. Resumo las 25 que me parecieron más interesantes:
1. Fortalecer el modelo de medios públicos, comunitarios y sociales frente a las concesiones privadas (en otras palabras, también van por el control mediático).
2. Restablecer el poder rector del Estado en el desarrollo económico.
3. Consolidar el papel del gobierno como actor central en sectores como la energía, las telecomunicaciones y la infraestructura.
4. Incrementar los salarios hasta alcanzar el poder adquisitivo existente antes de la década de los ochenta.
5. Reemplazar el sistema de pensiones individualizadas por un sistema público.
6. Instaurar un seguro de desempleo.
7. Priorizar el desarrollo de tecnología en entidades del sector público.
8. Adoptar medidas para evitar que las redes sociales impongan una narrativa única.
9. Diseñar un programa de cero pobreza extrema.
10. Establecer una red nacional de comedores públicos gratuitos.
11. Persistir en la política de autosuficiencia alimentaria.
12. Continuar y extender Sembrando Vida y los Precios de Garantía.
13. Ampliar la prohibición del maíz transgénico y el glifosato.
14. Disminuir los plazos de vencimiento de las concesiones mineras y no entregar nuevas licencias, con la excepción del litio, cuya extracción será operada y regulada por el Estado.
15. Expandir el AIFA.
16. Ampliar la red ferroviaria a cargo del Estado.
17. Derogar la reforma energética privatizadora.
18. Construir una nueva refinería.
19. Crear la Secretaría de la Salud Mental.
20. Refundar las escuelas normales.
21. Eliminar los conceptos de “excelencia educativa” o “educación de excelencia”.
22. Universalizar las becas a estudiantes del nivel medio de la enseñanza pública.
23. Consolidar la Guardia Nacional.
24. Ampliar el ámbito de empleo de las Fuerzas Armadas por parte del Ejecutivo federal para el desarrollo nacional y el bienestar de la población.
25. Asegurar el 30% de pantalla para el cine mexicano.
No se habla de cómo piensan financiar este estatismo desbordado, porque eso implicaría mencionar dos palabras prohibidas en unas elecciones: subir impuestos. Pero muy fácil lo podrán hacer si concentran el poder y se encargan que la ciudadanía no los pueda castigar en la siguiente elección porque ya controlan todo. Para eso, creo, quieren quedarse con todas las fichas.
X: @leozuckermann