- El 78 por ciento del potencial de agua en presas y del subsuelo, se aplica “por gravedad” en la agricultura
- El sector hidráulico para diferentes usos, requiere de inversiones cuantiosas del gobierno, lo cual no ocupa prioridad en el presupuesto federal
- En 2024, sólo se aplicarán 35 mil millones de pesos, cuando requiere de 85 mil millones anuales
El cambio climático en nuestro Planeta, con efectos notables en la disminución de fenómenos naturales, como tormentas tropicales, ciclones y huracanes en los últimos tres años, tanto en el Atlántico como en el Pacífico, agravan la escasez de agua para usos potables de la población, agrícolas, forestales y otros usos, incluida la recarga de depósitos subterráneos de prácticamente toda la República Mexicana.
Desde hace más de 20 años, el gobierno federal maneja la cifra de 6 millones de hectáreas incorporadas al cultivo de riego a nivel nacional, pero este potencial se refiere a dos ciclos agrícolas: primavera-verano, y otoño-invierno, mientras que el ritmo de construir nuevas obras hidráulicas para esos efectos, avanza con rezago preocupante, frente a la escasez de recursos.
Es importante que los mexicanos contemos con la información de que, el 78 por ciento del potencial de agua almacenada en presas y otros cuerpos naturales de agua, así como de aguas subterráneas que se extraen por medio de pozos movidos por electricidad, se utiliza para el riego agrícola, con un atraso tecnológico de al menos 25 años. Es decir, el riego se aplica por gravedad, cuando existen otros métodos, ya dominados, como riego por goteo y aspersión, que ofrecen alta eficiencia en el uso del agua.
Este año el gobierno federal ha programado un presupuesto de 35 mil millones de pesos para infraestructura hidráulica para su ejercicio en 2024. Sin embargo, dada la austeridad del último año de gobierno, se considera insuficiente, pues, de acuerdo con estudios de expertos en la materia, serían necesarios 85 mil millones de pesos anuales, durante un periodo de 10 años, si realmente se proyecta impulsar al sector hidráulico en todos sentidos.
Existen escenarios en los que, en los próximos cuatro años, el gobierno no podría atender el abasto de agua a la población, de acuerdo con investigadores de universidades reconocidas, como la UNAM y la UAM.
Desde hace cuatro años, el suministro de agua de la capital del país, a través del Sistema Cutzamala, se ha reducido en un 20 por ciento, con una clara tendencia a la baja, al pasar de 10 mil litros por segundo en 2019, a 8 mil en 2023, informó el Sistema de Aguas de la Ciudad de México.
Para la llamada “Cuarta Transformación”, el problema del suministro de agua a municipios del Estado de México y de la propia Ciudad de México, contemplados en el Sistema Cutzamala, desde el inicio de la presente administración, no tiene la menor importancia.
Aunado al problema de la falta de agua, infraestructura y tecnificación en riego, ahora nos encontramos ante la cerrazón ideológica que antepone el clientelismo político al avance científico y a herramientas necesarias para los cultivos como los herbicidas y plaguicidas.
Estos avances, que han sido utilizados durante décadas en el campo, fortalecen el cultivo, ayudan a incrementar la producción y reducen el consumo del vital líquido.
TAMAÑO DE LA INVERSIÓN FEDERAL
Especialistas del Banco Mundial y de instituciones académicas, estiman que México requiere de una inversión de 85 mil millones de pesos, durante 10 años continuos, para garantizar el acceso al agua en obras de infraestructura hídrica, incluidos los servicios de agua para usos potables, agrícolas e industriales que, tan sólo para el próximo sexenio, demandarán 30 millones de habitantes del Valle de México.
A nivel nacional, la situación se presenta mucho peor. El 80 por ciento de las entidades federativas, sufre afectaciones por falta de agua. Y, lo más preocupante, es que la mitad del territorio de la República Mexicana, empezó a tener problemas de abasto, por la sequía que afecta al país desde hace dos años, problema derivado del cambio climático que empieza a manifestar sus efectos en nuestro país.
Ante esta situación, se requiere que el gobierno federal, los gobernadores y los presidentes municipales, el Congreso Federal y los Congresos Estatales, den una mayor importancia a las acciones de previsión y de austeridad que, en el corto plazo, será necesario emprender en el próximo sexenio.
SEQUÍA EN PRÓXIMOS AÑOS, PROBLEMA MUY COMPLICADO
De acuerdo con expertos, la Ciudad de México es una megalópolis con problemas gigantescos. Pero, de acuerdo con expresiones al respecto, “ninguno será tan grande, como el abastecimiento de agua potable y para usos agrícolas.
Estas circunstancias son notables en pueblos y comunidades que padecen desempleo, abusos en el comercio y distribución de alimentos, hambre, pobreza en general, que desembocan en la necesidad de buscar en otras regiones o países una forma de vida menos presionada en esta serie de factores.
En zonas como la Ciudad de Valle de México, prácticamente todos los ríos que nos heredaron nuestros antepasados, han sido cubiertos con varilla y cemento, porque, a fuerza de su uso permanente, los propios mexicanos los convertimos en correderos de drenaje, fuentes de contaminación y olores fétidos.
En aras de un desarrollo social y económico mal comprendidos, los mexicanos también somos testigos de la destrucción de bosques y selvas desde hace muchos años –y en la actualidad continúa esa conducta—la cual se manifiesta en una especie de vocación por destruir la naturaleza.
Se da el fenómeno de la falta de recarga de mantos acuíferos por sequía o por invasión de “manchas de colonos” que se asientan cerca de donde existen escurrimientos o yacimientos de agua. El recurso, al cabo de un tiempo, dependiendo del tamaño de las comunidades o de las extracciones, se agota y finalmente se seca.
Ya en el Siglo XXI es notable la falta de agua. Las comunidades urbanas y rurales que padecen escasez del líquido, han aumentado del 13 al 30 por ciento en breve plazo.
En tiempo reciente, la Organización de las Naciones Unidas, ONU, reconoció como Derecho Humano el acceso al agua. La escasez afecta a cuatro de cada 10 personas a nivel mundial, lo cual se prevé aumente por el aumento de temperatura en los próximos años.