- Para construir anticorrupción es fundamental establecer mecanismos con una perspectiva de género, interseccional e intercultural.
- Esta investigación proporciona una base para la construcción de mecanismos, herramientas, indicadores y políticas públicas anticorrupción.
- Se debe contar con información transparente, accesible y con datos desagregados que permita medir los efectos de la corrupción y eficientar los recursos públicos para erradicarla.
Con el objetivo de analizar la corrupción desde un enfoque innovador y proponer herramientas, exigencias y recomendaciones anticorrupción, se llevó a cabo la presentación de la investigación participativa Construir anticorrupción: Acciones colectivas para erradicar el impacto diferenciado de la corrupción en México.la cual, busca dinamizar la conversación y los conocimientos sobre cómo generar procesos anticorrupción efectivos, significativos, pertinentes y representativos.
“Buscamos que las preguntas de esta investigación cuestionaran el acercamiento tradicional de la corrupción que se ha centrado principalmente en los efectos meramente económicos para priorizar las miradas de quienes la viven de manera diferenciada cotidianamente, y de esta manera, proporcionar una base para la construcción de mecanismos, herramientas, indicadores y políticas públicas anticorrupción que incluya la visión, experiencia y sentires de las mujeres en su diversidad y personas no binarias en México(MDyPNB)”, señaló Valeria Antezana Bosques, Representante de ControlaTuGobierno, A.C.
Para ello, partimos del ejercicio de ampliar el concepto de corrupción y desmantelar la visión punitivista, generalizada e individualizada del “combate a la corrupción”:
La corrupción es una acción o inacción violenta sistémica y estructural de abusos de poder que resulta en diferentes formas de violencias, la no garantía de los derechos humanos y el no acceso a una vida digna. Afecta a todas las personas y territorios en formas diferenciadas e interseccionales. Los sistemas de opresión (capitalista, patriarcal y colonial) son la base de la corrupción y la perpetúan.
La corrupción se siente desde el cuerpo como una enfermedad que nos da miedo, nos aísla, nos enoja. El lenguaje es político y por ello debemos seguir transversalizando esta definición.
Sin duda, la corrupción perpetúa la desigualdad histórica y los grupos vulnerabilizados son los más afectados. De acuerdo ENCIG 2021[1], el 57% de la población mexicana considera que la corrupción es uno de los problemas más importantes en su entidad federativa.
Ante esto, la investigación plantea que mientras la “lucha contra la corrupción” no incluya a los grupos históricamente vulnerabilizados, no cuestione los sistemas de opresión y siga sin vincularse con las MDyPNB que viven y sienten la corrupción cotidianamente en sus territorios, no se podrá construir una Política Pública Anticorrupción efectiva con mirada ciudadana.
La falta de representación de las experiencias y necesidades de estos grupos en las iniciativas anticorrupción ha resultado en acciones y políticas ineficientes; por ello, “los procesos anticorrupción requieren incorporar la visión ciudadana, sí, pero una que sea diversa, plural y comunitaria, y esta investigación es una apuesta política para emprender dichos procesos desde lo colectivo y articulado como una forma de hacer contrapesos más fuertes ante la corrupción” señala Guadalupe Azuara Hernández, Representante de la Colectiva Feminista la Huasteca “Tetik Siuatl”.
Agrega, que el resultado de este ejercicio participativo sienta un precedente para la generación de una política pública anticorrupción con enfoque de género, intercultural e interseccional, que sí incluya y reconozca a las MDyPNB y sus necesidades, y que sea capaz de garantizar el ejercicio de los derechos humanos y una vida plena de las personas en nuestro país.
En ese sentido, la investigación apuesta por proponer y crear herramientas anticorrupción novedosas que requieren de la participación activa de múltiples actores, más allá de la ciudadanía en general o las instituciones gubernamentales, las cuales se agrupan en las seis categorías asociadas a las necesidades analizadas frente a los actos de corrupción: 1) el tener información representativa, transparente y accesible, 2) el crear procesos de formación incluyentes y no formales, 3) el promover una comunicación integral y eficiente, 4) el desarrollar la relación estratégica con el gobierno, 5) crear redes y alianzas más robustas y eficientes, basadas en el cuidado colectivo, y, 6) obtener financiamientos integrales y flexibles.
Un aspecto a destacar de la investigación es que evidencia la falta de transparencia, accesibilidad y datos desagregados que permitan medir los efectos diferenciados de la corrupción. Esto afecta directamente los procesos de rendición de cuentas que permitirían dimensionar los efectos que esta problemática tiene en distintos grupos poblacionales y establecer medidas de incidencia que realmente respondan a la gravedad de los contextos por estado.
“Resulta crítico contar con datos y estadísticas que documenten no solo los actos de corrupción, sino que estos se publiquen de manera desagregada y representativa, pues este tipo de información permitirá que los recursos disponibles se utilicen de forma eficiente, eficaz y transparente en los servicios públicos y que las organizaciones puedan activar procesos anticorrupción en la exigencia de los derechos humanos”, indicó Brenda Hernández Miranda, Representante de la Colectiva Semilleras.
Cabe destacar que los efectos diferenciados de la corrupción afectan doblemente el trabajo de incidencia de las colectivas y organizaciones que buscan erradicar las violencias que surgen de los actos de corrupción como la falta de transparencia, la impunidad y la violencia normalizada en México.
Además de las herramientas, el documento incluye exigencias puntuales y llamados a la acción para lograr un cambio frente a los actos de corrupción en México.
Durante la presentación de la investigación se contó también con la intervención de Sarahy Guarneros, Representante de la colectiva Redefine Puebla y Virginie Martin-Onraetët, Representante de la organización de Transforma.
La investigación fue elaborada por seis colectivas: la Colectiva Feminista de la Huasteca Tetik Siuatl, la Coordinadora Nacional de Mujeres Indígenas (CONAMI), NOTIMIA: Agencia De Noticias De Mujeres Indígenas Y Afrodescendientes, Puebla Vigila, Redefine Puebla y el Semillero de Mujeres Defensoras de Nuestros Territorios y conto con el acompañamiento de ControlaTuGobierno y Transforma.