Durante el 2022 «la ciudad más visitada del mundo» registró una caída de 16 millones de cruces fronterizos con respecto a su máximo histórico, a pesar de que en 2017 comenzó a operar el cruce exprés, mientras que Mexicali está 24 millones por debajo de su máximo histórico, resaltó este viernes el presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California, Luis Roberto Valero Berospe.
Explicó que Tijuana registró en el 2022 61 millones 348 mil 561 cruces, 16 millones 86 mil 832 menos que en el 2003, cuando tuvo la cifra histórica más alta con 85 millones 435 mil 393 visitantes, de acuerdo a información de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. Mexicali tuvo su cifra récord en el año 2000, con 50 millones 45 mil 261 cruces, mientras que el año pasado se desplomaron en poco más de 24 millones para quedar en solo 26 millones 26 mil 448.
Indicó que guiándonos por el comportamiento de las cifras se encuentran las siguientes respuestas: tras los ataques terroristas a Estados Unidos en el 2001 se presentó la renovación de visas para la mayor parte de los bajacalifornianos y el 40% no pudieron renovar debido a trámites más rigurosos, según informes del gobierno.
También en 2007 estalló la Gran Recesión, la más grande en 100 años que castigó fuertemente a los ciudadanos estadounidenses, quienes dejaron de cruzar a México; de hecho el flujo de turismo hacia Baja California a la fecha no ha recuperado los niveles de años previos, precisó.
Otro elemento que ha operado en contra son los elevados niveles de inseguridad en el estado que han derivado en numerosas alertas de viaje a la entidad, «así como las recurrentes muertes de americanos en las salas de cirugía estética que no ha podido regular el gobierno estatal, golpeando al turismo médico».
Finalmente, manifestó Valero Berrospe, la cereza en el pastel fue la gran herencia que dejó la pandemia, al incrementarse el comercio en línea que coincide con los prolongados periodos de espera para cruzar la frontera.
Por otra parte, durante la pandemia el comercio norteamericano se dio cuenta que su dependencia de los consumidores fronterizos mexicanos ha descendido, pues sus ventas, salvo Caléxico, no cayeron como se esperaba.
Además, quedó en evidencia la pérdida de poder adquisitivo por los bajos salarios y hasta hace poco también por un dólar caro; hoy es claro que existe una nueva relación económica en el intersticio fronterizo y está basada en los residentes de Baja Californa ocupados legalmente en Estados Unidos y un pequeño grupo que aun realiza sus compras en ese país, pero cuyo peso, insistió, ya no es significativo.
Por último alertó que estamos cerca de las vacaciones y si se compran boletos de Aeroméxico, la empresa no está respetando horarios, «está dando gato por libre» en la clase ejecutiva y una buena parte de las conexiones con el aeropuerto de la Ciudad de México se están perdiendo; hablan de una clase premier light pero cobran completo y ofrecen asientos de clase turista, y hay muchas quejas en la Profeco pero no hay resultados, lo cual es otro factor más para la caída del número de visitantes.