El pasado viernes 26 y sábado 27 de mayo el Centro Cultural Tijuana (Cecut), institución de la Secretaría de Cultura federal, en colaboración con La Casa de la Poesía en la Frontera Norte, llevó a cabo el Ciclo Trayectorias y la charla Entre traducción y creación, actividades que dieron la bienvenida al poeta y traductor veracruzano José Luis Rivas, en compañía del escritor Jorge Ortega.
El Ciclo Trayectorias de Cecut busca exponer la carrera de mexicanos destacados, creadores de diferentes disciplinas, cuyas obras se hayan convertido en un referente en la región, así como a nivel nacional e internacional, en esta ocasión conversando sobre la vida de José Luis Rivas, merecedor de diversos premios y reconocimientos en el ámbito de la literatura.
“Para nosotros el Ciclo Trayectorias es un pretexto para acercar a las audiencias, sobre todo nos interesan las nuevas generaciones, para que conozcan a los grandes creadores mexicanos, con énfasis en la literatura. En Cecut nos honra mucho contar con la presencia del maestro José Luis Rivas y nuestros queridos poetas regionales, esta es su casa”, expresó la Dra. Vianka Robles Santana al dar las palabras de apertura.
Por su parte, el escritor mexicalense Jorge Ortega mencionó que, “hablar de José Luis Rivas, es hablar de uno de los mayores poetas de México, su generación será una de las más fecundas y solventes durante la pasada centuria y lo que va de la actual, se trata probablemente de la constelación de poetas más profusa y acreditada del México contemporáneo, empezando con el mismo José Luis Rivas”.
El público escuchó en voz del propio Rivas algunos de sus poemas entre los que destaca Tierra Nativa, poesía acabada y prosa hábilmente entremezcladas que cuenta muchas historias surgidas de la imaginativa niñez del escritor, en una tierra de hechos maravillosos como es el trópico mexicano.
Al día siguiente durante la charla Entre traducción y creación, José Luis Rivas comentó sobre su obra y modelo escritural, “Tierra Nativa me planteó una serie de cuestiones, pero también la posibilidad de abordar cosas que yo había escrito de manera fragmentaria y ensamblarlas, pero no conforme a un modelo rígido, yo quería apartarme de ese modelo y el mismo me servía como una especie de trampolín para saltar al mío propio”.
“Cuando me entero de la traducción de Homero, en español no había más que tres poemas cortos, no había antecedentes que sirvieran de base para la traducción de un trabajo tan extenso, digamos que era tierra virgen, esto supuso un desafío considerablemente mayor”, explicó el escritor refiriéndose a su labor de traducción.
Finalmente, durante su intervención Jorge Ortega expuso sobre el mismo tema, “en medida que el poeta pueda confiar más de la cuenta en su imaginación o en su conocimiento de la lengua para traducir, a la par de no seguir manteniendo la precisión informativa de aquello que traduce, el trabajo del traductor en el ámbito académico y sobre todo del traductor de literatura, puede ser más concreto”.