La mayoría de los funcionarios de la Junta de Gobierno destacó la tendencia alcista de la inflación anual, particularmente la de los servicios, con los precios de varios de ellos exhibiendo “importantes incrementos” resultado de los “altos costos de sus insumos”. Hubo opiniones en el sentido que la Inseguridad Pública sigue incidiendo en “altos costos de distribución”
La Junta de Gobierno del Banco de México, el máximo órgano rector del diseño y conducción de la política monetaria del país, dijo que entre los riesgos al alza de la inflación destacan los impactos persistentes de los precios subyacentes, aquellos que marcan la tendencia en el largo plazo, mientras uno de sus integrantes opinó que la inseguridad sigue incidiendo en los altos costos de distribución, en momentos en que la economía global muestra una desaceleración mayor a la anticipada.
Las minutas de la reunión de política del 30 de marzo pasado dadas a conocer este jueves, consignan además que la mayoría de los integrantes de la Junta, a donde asistió el subsecretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Gabriel Yorio, consideró que el balance de riesgos sobre la trayectoria prevista de la inflación en México en el horizonte de pronóstico, hacia el 2024, “se mantiene sesgado al alza”.
Algunos apuntaron la posibilidad de mayores presiones en los costos, mientras que uno consideró que el estrechamiento de las condiciones de holgura ha incrementado “la susceptibilidad” de que la inflación del país se sujete a nuevos choques de oferta y demanda, en tanto que otro añadió la posibilidad de presiones en los precios de energéticos o agropecuarios.
Si bien algunos señalaron que hay riesgos inflacionarios debido al apretamiento del mercado laboral, algunos resaltaron que, con base en estimaciones realizadas por el propio Banco Central, “no se está observando una espiral precios-salarios”.
Las actas de la reunión de política del 30 de marzo también indican que uno de los miembros dijo que el fenómeno de la relocalización de las cadenas productivas, acuñado como Nearshoring, podría incrementar las presiones existentes en el mercado inmobiliario.
Otro puntualizó que las tensiones en los mercados financieros provocadas por la quiebra de algunos bancos estadounidenses pudieran ser una fuente de volatilidad adicional en el mercado cambiario, que podría significar un riesgo para la inflación.
La inflación general en México desaceleró en marzo por segundo mes consecutivo, a un ritmo de 6.85% y frente al resultado del mes previo de 7.67%, lo que marcó su nivel más bajo en 17 meses. Colocó además ligeramente por debajo de la tasa de 6.89% prevista por el mercado.
La inflación subyacente, considerada un mejor parámetro para medir la trayectoria de los precios pues excluye precios altamente volátiles, como los de la Energía, sin embargo, continuó alta, en niveles de 8.09%, apenas perceptible de la marca de 8.29% alcanzada en febrero.
Economía limitada
La mayoría de los miembros de los integrantes de la Junta de Gobierno, 7 en total en esa reunión, señaló que pese a que la economía mexicana siguió expandiéndose en el arranque de año, lo hizo a un ritmo moderado.
Algunos de los funcionarios precisaron que persiste heterogeneidad en la recuperación de los sectores de la economía mexicana mientras otro anticipó que la economía continuará creciendo de forma moderada.
Algunos de los miembros de la Junta argumentaron que las condiciones de holgura en cuanto a la trayectoria de la economía mexicana siguen estrechándose mientras que otro dijo que la desaceleración de la economía global es mayor a la prevista, aunque aseguró que disminuyó la probabilidad de observar una recesión durante año.
Algunos indicaron que los subsectores de manufacturas más integrados a las cadenas globales de producción exhiben el mayor dinamismo, mientras que aquellos subsectores más vinculados al ámbito doméstico han enfrentado una mayor atonía.
En relación con el sector de los servicios, precisaron que recientemente seis de sus nueve subsectores han seguido creciendo, aunque uno especificó que las actividades comerciales, que habían liderado el crecimiento, han mostrado cierta desaceleración.
Algunos puntualizaron que indicadores oportunos, como la confianza del consumidor, la masa salarial y las remesas sugieren que esta dinámica continuó en los primeros meses del 2023.