Amaité y el hilo invisible, libro del escritor tijuanense Enrique Briseño López fue presentado en la Sala Federico Campbell del Centro Cultural Tijuana (Cecut), institución de la Secretaría de Cultura federal el pasado 11 de febrero por la tarde.
Ante una sala que lució completamente llena, Briseño López se mostró emocionado y entusiasta, “estoy muy complacido de ver tanta asistencia, es un honor, un privilegio, agradezco a la directora general del Cecut Vianka Santana y a su equipo de colaboradores que hayan hecho posible esta presentación”.
En la cercanía del homenaje que Tijuana y el Cecut rendirán este mes a un entrañable amigo suyo, Enrique Briseño celebró, “hoy estamos en esta sala que lleva el nombre del escritor tijuanense más brillante que ha conocido esta ciudad, nuestro estimado Federico Campbell”.
“Soy muy sensible, puedo llegar a abordar temas que mueven demasiado mis emociones y termino convertido en un mar de lágrimas”, confesó el autor, “a muchos de los que fuimos víctimas del COVID nos dejó secuelas además de las físicas, que ocasionalmente alteran las conexiones en nuestras neuronas”, dijo a manera de explicación del por qué recurrió a la lectura de un texto que especialmente redactó para la audiencia.
Entre anécdotas e íntimas reflexiones el escritor expuso ante el público el impacto que el contagio de COVID dejó como huella en su vida, sus hijas e hijos al igual que su esposa protagonizan este relato de supervivencia y atestiguan el camino hacia la escritura, que lo llevó a superar la enfermedad.
Briseño enfatizó en su mensaje que para él, “el amor y la familia es una fuerza fundamental, escribir me sirvió como herramienta terapéutica y fue un buen pretexto para compartir una serie de reflexiones y aprender de este fenómeno”, dijo sobre el flagelo de la pandemia.
“Transité todo el proceso y logré resistir ante la muerte que insistía en atraparme entre sus brazos”, relató el profesor Briseño, al compartir con el público ese pedazo vivencial de su periplo de restauración y la fuerza que le impelió a plasmar su historia sin intermediarios.
El escritor Juan José Luna describió Amaité y el hilo invisible como un libro “de prosa muy sencilla, sin alardes estilísticos, la historia se sostiene por sí misma sin necesidad de embellecimientos ni otros recursos literarios para hacer interesante su historia, es un gran logro”.
“En este libro se siente mucho amor, empieza con muchísima lucidez porque así está el personaje, es un personaje muy lúcido”, aseguró Luna, “los invito a leer este relato, esta novela que se mueve entre la vigilia y el sueño, entre un ajedrez cósmico; felicito al autor por su primer libro y qué vengan muchos más”, concluyó.
Para Leobardo Sarabia Quiroz, este libro “es el registro generalizado sobre la pandemia, no desde la academia, desde el análisis la literatura, más bien es un registro desde afuera, donde el cronista ve el espanto de la pandemia, ve la sucesión de caídos, ve el fracaso del sistema de salud”.
Señaló Sarabia que el autor presencia “las sucesivas caídas de gentes queridas y conocidas y ve las contraseñas de cómo enfrentar eso”, y apuntó, “es un libro estremecedor donde Enrique hace una descripción muy tensa y muy bien llevada, que conecta al lector con un lenguaje de efectividad desde la narración del imperio de la enfermedad”.
Su familia y su nieta Amaité, quien presta su nombre al título del libro acompañaron al historiador, cronista y escritor en esta presentación, visiblemente repuesto y con la bonhomía que le distingue Briseño firmó una serie de ejemplares de su primera obra literaria y convivió con notable alegría con el público presente.