México y los estados africanos tienen muchos puntos de convergencia en temas como el desarrollo, la violencia que enfrentan, las desigualdades y las vulnerabilidades, por lo que es importante conocer los problemas compartidos en la región y las soluciones que están dando ellos a su realidad, consideró Estefanía Cruz Lera, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN).
Luego de la charla “Complex relationships between health security and human mobility in the global south. Insights from Africa”, ofrecida por Dêlidji Eric Degila, Geneva Graduate Institute, ante jóvenes estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, la investigadora universitaria reflexionó que a veces sentimos que África es un sitio muy lejano, pero tenemos más coincidencias con ellos que con algunas otras naciones del mundo.
“En general, los estados africanos comparten con México esto de que no somos solamente un país emisor de migrantes, sino que somos un país de complejidades migratorias, receptor, emisor, de tránsito, que tiene refugiados, desplazados internos, que vamos a presentar migrantes climáticos y, a parte, dentro de estos grupos hay muchos jóvenes, mujeres y niños que experimentan diferentes grados de vulnerabilidad”, precisó la investigadora.
En este sentido, la experta de la UNAM consideró fundamental entablar diálogos con estas regiones (el sureste de Asia, África y américa Latina) para identificar los centros de poder de los que no estamos acostumbrados a hablar, ver qué decisiones han tomado para resolver los problemas y buscar soluciones a nuestros conflictos.
A su vez, Dêlidji Eric Degila, del Geneva Graduate Institute, precisó que las naciones africanas enfrentan una constante violencia estructural (promovida desde el Estado) que ha llevado a una crisis de oportunidades para los jóvenes que se verá agravada por los migrantes climáticos.
Invitado por el Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán y el Programa de Posgrado en Ciencia Política, el politólogo destacó que una situación común que enfrentan las naciones africanas es la inequidad horizontal.
Ante jóvenes de la FCPyS reunidos en la Sala Fernando Benítez, el politólogo explicó que este problema se define como el grado de desproporción de oportunidades entre diferentes grupos respecto al compartir ciertos recursos, donde el Estado beneficia a unos cuantos y polariza a la sociedad, atacando a los grupos que no le son favorables.
Esta inequidad horizontal, comentó Degila, se manifiesta de manera económica con bajo acceso a recursos, pobre acceso a la tierra, o falta de oportunidades de trabajo; en lo social por la falta de capital humano, escasos sistemas de salud o acceso a una vivienda digna; en la política se relaciona con el empoderamiento del partido en el poder y descartar a los grupos opositores; y en lo cultural a la exclusión de tradiciones por el Estado.
“Las inequidades son particularmente prominentes en términos del acceso a la salud para un grupo en específico, los migrantes, sin importar si se trata de refugiados, desplazados o migrantes internacionales. Esto pese a que cada año, millones de personas dejan sus hogares por una infinidad de razones que incluyen guerras civiles, violaciones a los derechos humanos, regímenes autoritarios y desastres naturales”, comentó el especialista en Salud Global y Desarrollo.
Recordó que, en África, la migración forzada se debe a la generación de conflictos, como el genocidio en Ruanda, donde los refugiados viajaron a Zaire que llevó a una intrincada dinámica que derivó en una guerra civil a esa nación.
El problema se agrava, estimó el investigador originario de Benín (África occidental), cuando se sabe que en 2021 más de 4.4 millones de personas dejaron sus hogares debido a desastres naturales y se estima que, para el 2050, 143 millones de migrantes climáticos llegarán a África.