La industria de la construcción presentó un fuerte freno en 2022 y se encuentra lejos de recuperar el nivel que tuvo previo a la pandemia y más lejos todavía de los niveles de 2018.
La debilidad de la inversión pública y privada ha sido el principal lastre para la industria de la construcción durante los años recientes, por lo que se mantiene como una de las actividades más rezagadas de toda la economía mexicana.
Otro factor que ha afectado a la industria son los costos sobre los materiales para la construcción.
Este resultado significó una fuerte desaceleración respecto a 2021 cuando logró un repunte de 7.2%, que fue precedido del desplome de -17.2% en 2020 y también de un retroceso de -5.2% en 2019.
El sector en su conjunto ligo, en diciembre, cuatro meses de crecimientos consecutivos (+2.7%) considerando cifras ajustadas por estacionalidad.
En opinión de analistas de Monex, “…ha tenido un cierre de año espectacular e incluso vio revisados los resultados de meses anteriores hacia arriba. Trimestralmente, el crecimiento de la construcción fue de 3.3% y si se hacen a un lado los últimos dos trimestre de 2020 -que es cuando se dio el rebote inercial por la reapertura de la economía- este sería el segundo mejor comportamiento que se registra desde 2016”.
Por su parte, analistas de Banorte consideran que «en la construcción, los datos oportunos tienen un sesgo positivo. La confianza empresarial del sector tuvo su primera subida en enero tras 10 meses de caídas. Por su parte, el empleo a diciembre –de acuerdo con cifras del INEGI– logró dos meses de recuperación a pesar a una estacionalidad negativa. Finalmente, las presiones inflacionarias del sector continúan moderándose desde septiembre, con una contracción acumulada hasta diciembre de 2.1 por ciento.
«Sin embargo, hubo un rebote sustancial en enero (+2.6%), así que continuaremos atentos en este frente. Consideramos que la demanda por espacios industriales será el motor dentro del rubro de edificación, compensando la debilidad de la construcción de vivienda. Además, las fechas por cumplir para obras públicas como el Tren Maya (finales de 2023) y el Tren Toluca-México pueden dar un impulso adicional al sector».