Durante la pandemia por Covid-19, al menos 1.4 millones de alumnos desertaron de las escuelas de educación básica y media superior, mientras que entre los que permanecieron en las aulas se detectaron impactos en la enseñanza, como fallas en lectoescritura, torpeza motriz y falta de interés por aprender.
Patricia Ganem, investigadora de la organización Educación Con Rumbo, aseveró que la emergencia sanitaria dejó graves consecuencias en la formación pedagógica de los niños mexicanos.
Además, la SEP carece de un diagnóstico público sobre deserción escolar que abarque desde marzo 2020, cuando se suspendieron las clases presenciales, hasta agosto de 2022, fecha en que se retomaron en su totalidad de manera presencial, señaló en conferencia de prensa.
Sin embargo, Educación con Rumbo ha analizado las estadísticas de la propia Secretaría federal e identificó que en el Ciclo Escolar 2019-2020, al menos 815 mil 740 estudiantes, desde preescolar hasta bachillerato, abandonaron su enseñanza.
El desglose indica que la mayoría de deserciones ocurrieron en el nivel preescolar, con 406 mil 439 alumnos; en primaria fueron 184 mil 856; además, en guarderías, se reportaron 52 mil 441 bajas; En secundaria, 12 mil 336, y en media superior, 159 mil 668 deserciones.
En el caso de los niveles de preescolar a secundaria, el Gobierno federal emprendió una estrategia denominada Aprende en Casa, la cual transmitía diariamente los contenidos del plan de estudios por plataforma como Youtube, así como por televisión abierta.
Además de la conectividad necesaria, al menos en los niveles de preescolar y primaria se necesitaba el acompañamiento de los padres de familia para apoyar en las actividades de los programas educativos, cuya duración era de una hora.
Para el ciclo 2021-2022, el cual fue híbrido con momentos de suspensión total por alza en contagios de Covid-19 y regreso a la modalidad virtual, Educación con Rumbo detectó 607 mil 413 alumnos que causaron baja de los planteles escolares.
Al igual que en el ciclo pasado, el mayor porcentaje de bajas fue en los niveles de preescolar, primaria y educación media superior.
Resalta que, en secundaria se disparó el abandono escolar, pues en el ciclo, con suspensión total de clases presenciales, se reportaron 12 mil 336 deserciones, mientras que en el 2021-2022 fueron 89 mil 707.
Para la investigadora Patricia Ganem, además de las cifras de abandono de escuelas, otro de los impactos es la afectación en el proceso de aprendizaje de los alumnos.
A la fecha, no existe un estudio del nivel académico de los alumnos que abandonaron la escuela y la retomaron tras la pandemia ni tampoco de los estudiantes que siguieron inscritos, pero no tomaron ningún tipo de clase durante el cierre de las aulas por la pandemia, así como de cuántos definitivamente ya no regresaron a los planteles y truncaron sus estudios.
Para Educación con Rumbo se trata de un abandono de la Secretaría de Educación Pública (SEP) a la enseñanza, pues, en las estadísticas, reconocieron, se verá que casi toda la matrícula concluyó preescolar, primaria y secundaria, pero la alerta es que dichos alumnos carecen de los conocimientos mínimos para enfrentarse al siguiente nivel, lo que podría traducirse en un rezago irreversible.
Patricia Ganem también alertó que, tras el regreso a la actividad presencial en las escuelas, la mayoría de alumnos han presentado episodios de agresividad, apatía y carecen de capacidad de seguir instrucciones.
En el ámbito académico, detectaron fallas en lectoescritura, torpeza motriz, falta de interés por aprender y capacidad de concentración.
La investigadora de Educación con Rumbo señaló que la Secretaría de Educación Pública dejó solos a los estudiantes en la pandemia y sigue con esa línea, cuyo riesgo es que, por ejemplo, en nivel primaria, casi el 100% terminará sus estudios, pero sin los conocimientos mínimos indispensables para afrontar la secundaria, debido a las afectaciones por las clases a distancia.
El mayor reto para la Secretaría de Educación Pública en el ciclo escolar 2023 será coordinar los esfuerzos necesarios para mejorar los aprendizajes de los estudiantes, así como dar cuenta a las madres y padres de familia sobre el impacto que han tenido las “malas decisiones”, sobre la educación de sus hijos.
“Si observamos las acciones de la SEP como: otorgar becas, elaborar un nuevo marco curricular y diseñar nuevos libros de texto; esto no es lo que se necesita, ni lo que es pertinente para abatir el aprendizaje de los alumnos”, dijo Ganem.
Por su parte, Luis Arturo Solís, presidente de la Unión Nacional de Padres de Familia, señaló que la SEP no tomó en cuenta a los tutores para elaborar los nuevos planes de estudio, por lo que la nueva enseñanza no tendrá su aval ni consenso.