Junto con el crecimiento acelerado de la gentrificación, han surgido otros modelos de negocio relacionados con la renta de casas habitación y oficinas, como el hospedaje de corto plazo o los llamados nómadas digitales, que han encontrado en Ciudad de México un destino atractivo para realizar trabajo remoto, incluso hacia el extranjero.
Enrique Soto Alva, profesor de la Facultad de Arquitectura, destacó que es indispensable revisar a fondo este fenómeno para una regulación específica, e implementar mecanismos que permitan aprovechar la revalorización que tienen los inmuebles en zonas de alta demanda, en beneficio de los habitantes originarios, sin necesidad de que sean desplazados.
El fenómeno de la gentrificación forma parte un proceso natural en la modernización y rehabilitación urbanística de las ciudades, y en algunos casos ha provocado un desplazamiento paulatino de los habitantes de menores ingresos por otro sector de la población que está dispuesto a pagar más por una ubicación privilegiada dentro de la ciudad, provocando una revalorización de los inmuebles.
En este contexto, consideró que es necesario impulsar nuevas políticas públicas sobre desarrollo urbano que permitan a los gobiernos captar parte de las plusvalías que se están generando con la revalorización de los inmuebles, reinvertir esos recursos para mejorar la infraestructura urbana y, al mismo tiempo, mantener la identidad tradicional en colonias como Condesa, Roma y Cuauhtémoc, por mencionar algunas.
Recordó que con la aprobación de la Constitución Política de Ciudad de México, en 2017, no se logró incorporar el tema de la captura de plusvalías, que son instrumentos legales, normativos y urbanísticos que permiten a los estados y los gobiernos captar parte de las revalorizaciones de los inmuebles, considerando que éstas se deben en gran medida a la inversión pública realizada para rehabilitar y modernizar los entornos urbanos.
Cabe destacar que para las autoridades del gobierno de Ciudad de México, las plataformas de hospedaje a corto plazo y los nómadas digitales se han convertido en una importante fuente de captación de divisas por lo que recientemente suscribieron un convenio de colaboración con la UNESCO y la empresa Airbnb para promover a CdMx como la capital del turismo creativo.
La Secretaría de Turismo local estima que en el mundo hay alrededor de 30 millones de nómadas digitales y más de la mitad están en Estados Unidos, por lo que si México logra captar el 5 por ciento de ese mercado americano se podría obtener una derrama de tres mil 720 millones de dólares.
“En los últimos años, plataformas de hospedaje a corto plazo, como Airbnb y muchas otras más, lo que hacen es integrar en esa competencia a otros actores y a personas que están en una condición económica de mayor privilegio, particularmente quienes ganan en dólares o en euros y por lo regular están en otra geografía del mundo”, comentó Soto Alva.
Añadió que el problema es cuando en esas zonas de alta demanda entran a competir nuevos actores que cuentan con muchos más recursos, con otros intereses comerciales que están modificando el negocio de la venta o alquiler de casas habitación, por la modalidad en renta de hospedaje a corto plazo que es manejado por plataformas digitales trasnacionales.
Otro inconveniente que se ha agudizado con la gentrificación es la privatización de una gran cantidad de espacios públicos, lo que se puede observar en colonias emblemáticas de Ciudad de México en donde empresas privadas y restaurantes se han apropiado literalmente de parques completos, de banquetas y hasta de los cajones de estacionamiento en vía pública que ahora hay que rentar a través de los parquímetros, puntualizó el académico universitario.
Finalmente, el especialista en urbanismo subrayó que el tema de la gentrificación se vuelve aún más complicado si se toma en cuenta que los negocios inmobiliarios forman parte de uno de los sectores de la economía que está más vinculado con las prácticas de corrupción, y lamentablemente es muy común que grupos de inversionistas relacionados con grandes capitales recurran a relaciones ilegales con las autoridades locales para obtener información privilegiada y apropiarse de inmuebles que se encuentran desocupados, intestados o están en un limbo jurídico.
Dichas prácticas de corrupción, mencionó, también se replican de manera cotidiana en el otorgamiento de permisos de las licencias de construcción y de uso de suelo, lo cual se puede observar en la proliferación de desarrollos inmobiliarios y edificios que claramente violentan una normatividad ambigua y flexible en su aplicación.