El aparato de propaganda de Estados Unidos alineó a los medios de comunicación para sostener que la basquetbolista estadounidense detenida por los rusos en posesión de una sustancia ilegal había sido detenida injustamente y hasta alguno llegó a sostener que de forma inapropiada, lo que justificaba que se le intercambiara por un ruso traficante de armas detenido en Estados Unidos.
Los gringos omiten que la basquetbolista violó la ley al tratar de introducir una sustancia prohibida, tal vez pensando que su condición de “celebridad” le permitía hacer su voluntad, justifica violar las leyes en otro país.
La basquetbolista le regaló una ficha política a los rusos justo en una coyuntura de alta tensión entre ambos países, dónde la retórica ha utilizado los conceptos armas nucleares en más de una ocasión intentados de opacar con la imagen de la deportista esposada.
El intercambio de prisioneros es común en el mundo, especialmente en las coyunturas bélicas dónde las partes atrapan a muchos que son carne de cañón y cuyo peligro se reduce a que reciben órdenes de atacar al otro, cosa que seguramente no harían si no estuvieran obligados por las leyes y la política de sus países, porque para los políticos suele ser sencillo enviar a morir a los otros para satisfacer sus instintos o apetitos políticos y hay de aquellos que se resisten, porque se les trata como criminales. Una buena descripción de esta resistencia la dibujó genial y humorísticamente Jaroslav Hašek (El buen soldado Švejk).
Pero la política es la continuación de la guerra por otros medios (es paráfrasis no se enojen), los países se espían y agreden de distinta manera y en ocasiones les atrapan a sus agentes, lo que se aborda intercambiando prisioneros, cuándo se tienen cartas valiosas. El General Cienfuegos, detenido por Estados Unidos fue intercambiado suponemos por concesiones políticas y económicas, porque tampoco era para que México le entregara a Estados Unidos a algunos traficantes de drogas.
Los rusos acumulan detenidos, de Estados Unidos tienen a uno acusado de espía, a otro encarcelado por poseer mariguana medicinal, y a una mujer involucrada en un altercado doméstico a la que no se le permite salir del país.
Parece haber una asimetría evidente. Rusia detiene estúpidos arrogantes que creen que pueden hacer lo que les viene en gana en el mundo, como violar las leyes de otro país, por ejemplo sobre la posesión de mariguana medicinal autorizada en algunas partes de su país, mientras que el ruso intercambiado era un factor importante en el juego geopolítico de los rusos que armaban grupos para inflamar conflictos en distintos países, como el contrabando de armas en Siria.
Al parecer en esta ocasión los rusos negociaron mejor. Le entregaron a Biden a la basquetbolista, lo que le permitía ganar puntos entre varias clientelas: afroamericanos, lesbianas (esta es cuestión pública), de hecho la esposa de Griner estuvo en la Casa Blanca cuando se anunció la liberación, a los consumidores de productos canábicos, a los deportistas. Putin dejó fuera de la negociación a personajes políticamente más sensibles, como un exmarino, inflamando la crítica doméstica contra Biden por no haberlos liberado.
Quién sabe que otra ficha podrá jugar Biden para liberar a los que quedan justo con la crisis ucraniana en el horizonte.
Los países pesan las consecuencias de la liberación. Cuando entra el componente terrorista en la balanza, los gobiernos saben que liberan enemigos que en el futuro actuarán en su contra.
Pero también hay elementos simbólicos de peso. Los sirios se niegan a devolver el cuerpo de un espía israelí que facilitó la victoria israelí en la guerra de Yom Kipur; un grupo terrorista palestino asesinó a un druso hospitalizado y secuestró su cuerpo de un hospital para negociar su devolución. Israel confronta el intercambio de prisioneros constantemente. Llevan años tratando de recuperar el cuerpo de un soldado y a un ciudadano detenido al haber cruzado accidentalmente a Gaza, pero al parecer el precio palestino es muy alto, porque podrá alimentar su estructura militar.
Las negociaciones son especiales porque muchas veces involucran cálculos de gran envergadura.
Lo peculiar del caso de la basquetbolista, es que elevó una violación criminal a la mayor altura política posible, tal vez porque las clientelas afectadas estarían presionando constantemente y provocarían un costo político indeseado, mientras que por el ex marino solo habla su familia; es posible que la insistencia estadounidense para lograr el intercambio lo entendieron los asesores de Putin, y por eso se guardaron las otras cartas para una negociación a su favor en el futuro.
Así que largos años de cárcel le esperan al que llevó mariguana medicinal para su dolor de espalda y al ejecutivo que fue a una boda. Los gringos deberán pensar mejor sus visitas a Rusia, para que parafraseando a Dror, no se vuelvan fichas de un ajedrez complicado cuyas reglas cambian sin anuncio previo.