Cuando alguien teclea en Google la palabra “populismo”, el buscador arroja casi 9 millones de entradas relacionadas. Si ese alguien es un poco más preciso y, en lugar de usar el buscador general, hace la búsqueda en Google Académico, obtendrá más de 160 mil entradas. El ejercicio lo hizo Benjamín Arditi, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y le sirvió para plantear el hecho de que, a pesar de que tanto se ha escrito sobre este concepto político, en realidad no hay consenso para definir qué significa. Con la idea de arrojar un poco de luz sobre dicha cuestión, el ITESO ha sido sede del seminario internacional “Populismo como categoría conceptual y como práctica política: alcances y límites”, organizado por el Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos (Dsoj) de la universidad.
Antes de comenzar con las mesas de discusión, Alexander Zatyrka, SJ, rector del ITESO, dio la bienvenida a las y los participantes recordando que, además de la generación y la difusión del conocimiento, una de las tareas de toda universidad es constituirse como “un espacio para el encuentro, el diálogo; para el intercambio abierto y respetuoso de diferentes formas de ver y estar en el mundo”.
Zatyrka Pacheco destacó la pertinencia de analizar el populismo dada la “preponderancia que ha tomado esta forma de hacer política, que suma defensores y detractores”. El Rector señaló que muchas de las críticas al populismo tienen que ver con el hecho de que favorece la concentración del poder en una sola persona, en detrimento de la democracia, además de que se ataca a las organizaciones que vigilan el actuar del Estado. No obstante, añadió, “es importante comprender el populismo en todas sus facetas”.
Ana María Vázquez, directora del Dsoj, leyó unas palabras de Catalina Morfín, titular de la Dirección General Académica del ITESO, quien en su mensaje apuntó que era muy importante debatir en público sobre “un tema relevante por las implicaciones que tiene en la vida diaria”. Los tiempos que corren, continuó, deben servir para reflexionar sobre la tarea que corresponde a la universidad en la actualidad, ya que, en un contexto de crisis, es tiempo de elegir cómo se quiere avanzar. O, en términos ignacianos, “discernir cuál es el camino que nos lleve al bien”.
¿Existe el populismo?
El encargado de abrir las mesas de debate fue Benjamín Arditi, quien, luego de exponer cómo hay tantas opciones en línea que buscan decir qué es el populismo, reconoció que él no tiene claridad, ya no se diga para definir el término, sino incluso acerca de la existencia del populismo.
Para sentar una base, puso sobre la mesa la definición que hacen Cas Mudde y Cristóbal Rovira, en la que se define al populismo como “una ideología delgada que considera que la sociedad está dividida, en último término, en dos campos homogéneos y antagónicos: el pueblo puro frente a la élite corrupta”. Sin embargo, dijo Arditi, cabe preguntarse si esto no es lo mismo que habían apuntado Marx y Engels al concebir la idea de la lucha de clases.
Con base en lo anterior, el investigador sugirió que, antes de preguntar qué es el populismo, “deberíamos cambiar la pregunta y plantear si existe algo llamado populismo”. Y luego lanzó lo que calificó como tres provocaciones: “Hay que jubilar el término populismo; o bien, hay que usarlo como un insulto; o bien, usemos el populismo diciendo que existió entre 1940 y 1950, pero ya es algo meramente histórico”.
En contraparte, Carlos de la Torre, académico de la Universidad de Florida, afirmó que sí existe el populismo y que, fuera de Estados Unidos —donde curiosamente tiene una connotación positiva—, en casi todo el mundo es mal visto, casi una ofensa. El investigador dijo que el populismo y los debates sobre el concepto “permiten estudiar las complejidades de la política, obligan a pensar qué se entiende por democracia y por participación social”.
De la Torre señaló que más que hablar del populismo habría que hablar de que hay diferentes tipos de populismo, y agregó que en cualquier definición que se haga del concepto es importante mencionar la presencia de un liderazgo fuerte y carismático.
Alberto Olvera, profesor del ITESO e investigador del Centro Maria Sibylla Merian de Estudios Latinoamericanos Avanzados en Humanidades y Ciencias Sociales (CALAS, por sus siglas en inglés), puso sobre la mesa la pertinencia de hacerse una pregunta esencial: ¿qué está en el fondo de la práctica política? Respondió: “Lo que está en el fondo es la soberanía, lo que se entiende como soberanía popular y lo que se tiene que hacer para retomarla”. Por su parte, Enrique Peruzzotti, de la Universidad Torcuato Di Tella, en Argentina, afirmó que, contrario a lo que afirmó Arditi, sí existe una versión contemporánea del populismo.
Para cerrar, Jaime Preciado, de la Universidad de Guadalajara, calificó el seminario como un éxito “porque logramos pasar de la descalificación barata al procesamiento conceptual”, para luego señalar que “en lugar de preguntarnos si existe o no el populismo, debemos ver qué hay y en qué términos se da”.