El presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California, Luis Roberto Valero Berrospe, fustigó la intención de los gobiernos estatal y federal por revivir el proyecto portuario de Punta Colonet, lo que calificó como parte de una serie de ocurrencias y de falta de visión sobre el entorno económico, situación que “deja entrever lo incierto del futuro de la entidad”.
En su análisis económico de esta semana, Valero Berrospe sostuvo que los diputados, una vez más, sumidos en la ignorancia y a petición del gobierno del Estado, desempolvaron el desechado proyecto de Punta Colonet, “mientras la competencia cada vez nos va dejando más atrás, viendo cómo Baja California busca vender helados a los esquimales. Y los actores económicos se niegan a ver sus errores”.
Indicó que el proyecto de Punta Colonet, que buscaba ser un gran puerto de altura, fue cancelado hace 16 años por varias razones, la primera de tipo ambiental, pues se trata “de uno de los sitios con la mayor biodiversidad en la costa oeste de América del Norte”, de acuerdo con el estudio “Las Amenazas a la Riqueza Biológica de la Meseta de Colonet, Baja California”, realizado por los especialistas Kevin Clark, Mark Dodero, Andreas Chávez y Jonathan Snapp. El punto cobra mayor relevancia en el entorno mundial actual del cambio climático, lo cual está siendo soslayado por las autoridades actuales”, dijo el economista.
Colonet iba a ser un puerto alterno a Long Beach y al Canal de Panamá, pero mientras se peleaban aquí por los terrenos, encareciéndolos brutalmente, el puerto de Lázaro Cárdenas creció convirtiéndose en una opción más viable, al tiempo que el Canal se modernizó para dar paso a los buques de gran calado, lo que dejó el proyecto sin razón de ser e inviable económicamente, señaló Valero Berrospe.
Conectado por una amplia red carretera y el ferrocarril vía el Kansas City Southern, Lázaro Cárdenas tiene influencia global en 141 puertos de 31 países y su infraestructura permite manejar diferentes tipos de carga. En el primer semestre de este año movió más de 15 millones de toneladas de carga, mientras que a Colonet le tomaría décadas alcanzarlo, precisó.
Otro aspecto que se está pasando por alto –añadió–, son los grandes cambios que está registrando California, que ya no nos ve como en el pasado pues las diferencias en desarrollo se están abriendo abismalmente; tres proyectos marcan esa diferencia, dijo: 1.- El desarrollo de infraestructura con el tren bala que correrá a una velocidad de 350 km por hora de San Diego a San Francisco; 2.- La evolución hacia los autos eléctricos; y 3.- Las nuevas medidas anticontaminantes.
Luis Roberto Valero Berrospe destacó que las inversiones se van de Baja California y nuestras autoridades busca donde no hay; Francia se llevó más de 206 millones de dólares de la entidad y la mayoría se fueron a El Bajío, donde opera una eficiente red de comunicaciones por tierra, aíre y conectadas al puerto de Lázaro Cárdenas, más un poderoso apoyo en investigación y desarrollo. Jalisco –resalto–, es el Silicon Valley de América Latina, Querétaro es el principal centro aeroespacial y Guanajuato es el referente automotriz latinoamericano, “y ¿qué ofrece nuestro estado?”, cuestionó.
El presidente del Centro de Estudios Económicos de la entidad destacó que otro problema que sigue sin atenderse es la precariedad salarial. Manifestó que esta semana, la Coparmex Mexicali salió de nuevo a decir que no hay trabajadores y que por lo tanto no se quieren inversiones; sin embargo la estadística del INEGI dice lo contrario: Tijuana y Mexicali tienen más del doble de los trabajadores que dicen ocupar las empresas, pues mientras la capital estatal demanda 18 mil trabajadores, hay 46 mil 280 disponibles, y Tijuana ocupa 28 mil y hay una oferta de 118 mil 361, sin contar a los miles de informales.
Con proyectos inviables, una infraestructura deficiente, las inversiones abandonando la entidad junto con los profesionistas, ante la precariedad salarial, urge dar rumbo a la planeación económica del Estado, enfatizó finalmente Valero Berrospe, al advertir que “el costo a pagar por esta inacción puede ser una década más de estancamiento, en tanto que el porvenir educativo tiene el futuro más sombrío de la era moderna”.