“El modelo energético como está actualmente no permitiría alcanzar la soberanía, no solo son las gasolinas, también es el gas, tenemos una dependencia tan alta y muy pocas previsiones de inversión para poder invertir en tecnología y aprovecharlo. La visión soberanista no ayuda en nada y mete mucha presión en la toma de decisiones de organismos autónomos o de los consejos de administración de las empresas estatales”, dice Ana Lilia Moreno, investigadora de la organización y una de las autoras del informe.
Según los cálculos recopilados por la organización, aunque las refinerías de la estatal Pemex trabajen al 80% de su capacidad, se sume la producción de la nueva refinería de Dos Bocas y la proveniente del complejo de Deer Park, el país continuará importando alrededor del 20% del combustible que consume. “En un escenario optimista México tendría que seguir importando combustibles en un 20% aproximadamente y sólo si Dos Bocas produce y las refinerías operan al 80%. En un escenario más pesimista estaríamos importando la mitad de lo que necesitamos”, dice la investigadora.
Hoy, en conjunto, los complejos de la estatal operan a menos del 50% de su capacidad, a pesar de las labores de modernización que ha emprendido la administración federal.
En el documento, la organización dice que la política, que busca como fin último alcanzar la autosuficiencia, ha dejado de lado la producción de gas natural y que, al contrario del discurso, la importación del combustible ha incrementado porque la producción se encuentra prácticamente sin cambios. Al cierre del año pasado, el país importó 10.8% más gas que un año antes.
La crítica de la organización se lanza en medio del periodo de consultas demandado por Canadá y Estados Unidos contra la política energética mexicana. México Evalúa dice en el informe que un discurso menos radical podría abonar a que el país impulse su independencia energética a la vez que continúa la integración con sus socios comerciales.
“La idea sobre aprovechar las ventajas geográficas para fomentar el comercio y la estrechez de las relaciones entre Canadá, Estados Unidos y México si bien no es nueva, no ha terminado de completarse”, dice el documento. “México podría dar pasos más firmes y rápidos para concretar políticas que contribuyan a construir un clima de certidumbre para los capitales”.
México Evalúa califica al Tratado entre México, Canadá y Estados Unidos como “la solución evidente” para reducir los precios de los energéticos y encaminar al país a fuentes de energías más limpias. “Se sataniza tanto el tema de importar cuando es algo que se necesita, cuando tenemos ya una integración energética tan estable y tan experimentada. Nuestra dependencia de los combustibles de Norteamérica, si lo vemos más desde un enfoque más sistémico de los tres países, es tal vez algo más funcional. Entonces, para efectos de independencia energética, podemos tener un porcentaje razonable de importación y creo que eso flexibilizaría mucho el discurso del presidente”, dice Moreno. “Entonces de esa manera aceptaríamos que necesitamos importar las gasolinas, pero sin adherirnos a un enfoque demasiado radical de soberanía, una visión así podría ser más compatible con el concepto de integración y podría ayudar en las negociaciones del T-MEC”.