Las fronteras, como la de México y Estados Unidos, son un espacio por el cual, además de personas, cruzan enfermedades. El ejemplo más reciente puede encontrarse en la pandemia de SARS-CoV-2, pero en la historia de las fronteras, fenómeno no exclusivo de esta región, sino que acontece a nivel mundial, es una situación común de intercambio. Sin embargo, las iniciativas de salud binacionales no suelen surgir en la misma proporción; aunque un padecimiento afecte a ambos lados de la frontera.
En este sentido, el 26 de agosto del año en curso, se realizó el simposio: “Salud pública fronteriza México-Estados Unidos”, organizado por El Colegio de la Frontera Norte (El Colef) y la Universidad Iberoamericana en Tijuana (IBERO), en el marco del 40° aniversario de la fundación de ambas instituciones.
Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo del Mtro. Florentino Badial, director general de Ibero-Tijuana y el Dr. Víctor Alejandro Espinoza Valle, presidente de El Colef, quienes expresaron que la investigación en torno a temas de salud en la frontera es un área de oportunidad y vinculación entre especialistas para generar mejores y más oportunas respuestas ante las problemáticas a ambos lados de la frontera.
El simposio se dividió en dos paneles, los cuales estuvieron moderados por el Dr. Rodolfo Cruz Piñeiro, director del Departamento de Estudios de Población de El Colef. El primero de ellos, estuvo integrado por las doctoras Cecilia Rosales de la Universidad de Arizona, Gudelia Rangel y Ietza Bojórquez, ambas adscritas a El Colef.
La Dra. Rosales refirió a un estudio binacional que se encuentra en proceso sobre microbiomas y asma infantil. Con el cual se busca encontrar las condiciones que influyen en el desarrollo del asma en menores a temprana edad, e identificar las diferencias entre población en ambos lados de la frontera para la protección contra dicho padecimiento.
Por su parte, la Dra. Rangel abordó el tema del acceso a servicios de salud de migrantes mexicanos en Estados Unidos. Mencionó que la atención suele ser mala, por cuestión de ingreso económico, y se complica aún más para personas que no cuentan con papeles de residencia. Sin embargo, mencionó que las ventanillas de salud ubicadas en consulados mexicanos en Estados Unidos, han cubierto parte importante del tema de salud. Orientación, detección y referencias de centros de salud que brindan atención sin importar el estatus migratorio, son algunos de los aportes para la población. Además, a través de estas ventanillas, se recupera información sobre padecimientos y perfiles de la población migrante, que abre la posibilidad, para académicos, de desarrollar investigaciones.
La participación de la Dra. Bojórquez se enfocó en cómo el atrapamiento de la población migrante en la frontera norte repercute en su salud. A partir de casi 32 mil cuestionarios aplicados, entre enero de 2021 y junio de 2022, encontraron que migrantes que vieron interrumpida su movilidad presentan mayores afectaciones en su salud física y mental; relacionado a las condiciones adversas en las que viven. Por otra parte, se encontró que hay una prevalencia de síntomas de depresión y ansiedad en migrantes, la cual se duplica en personas que han sido devueltas de Estados Unidos a México.
El segundo panel estuvo integrado por las doctoras Hilda García de El Colef y María Luisa Zúñiga de la SDSU, así como por el Dr. Jaime Arredondo de University of Victoria.
La Dra. Hilda García, compartió experiencias de cooperación transfronteriza en materia de prevención primaria en el uso de materias psicoactivas, además de las oportunidades de diseminación y escalamiento de programas de prevención a lo largo de la frontera México-Estados Unidos. Contó el caso de la implementación del programa Mantente R.E.A.L. que ha tenido buenos resultados, en materia de prevención temprana, en adolescentes en diferentes países y que se ha adoptado para el contexto fronterizo.
Posteriormente, la Dra. Zúniga abordó el tema de la integración de nuevos investigadores-investigadoras en los espacios académicos. Refirió un programa piloto que se emplea en la SDSU con el fin de fomentar la cooperación y la formación de espacios de vinculación entre personas con más experiencia en el campo y nuevos miembros.
Por último, el Dr. Arredondo habló sobre estrategias de reducción de daño en la frontera, a partir de la salud pública. Resaltó la importancia de desarrollar la investigación basada en la comunidad, en donde es la población la que impulsa la investigación sobre ciertos fenómenos y no al revés. Comentó sobre los efectos que se tienen en la población, consumidora y no consumidora, la presencia de sustancias psicoactivas, particularmente del fentanilo, y de que manera se pueden disminuir los efectos. Mencionó las salas de consumo seguro, lo cual reduce el riesgo de contagio de enfermedades al compartir jeringas, por ejemplo.
El encuentro finalizó con un espacio de preguntas, comentarios y reflexiones acerca de las oportunidades que se tiene al desarrollar investigaciones desde un enfoque binacional y con la participación de especialistas en ambos lados de la frontera. De esta manera, El Colef da inicio a una serie de simposios que se llevarán a cabo en diferentes ciudades de la frontera y en la que se abordarán temáticas diversas pero relacionadas a las dinámicas de frontera.