El presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California, Luis Roberto Valero Berrospe, calificó de buenos deseos más que realidades el Plan de Desarrollo de la entidad anunciado esta semana por la gobernadora, Marina del Pilar Ávila Olmeda, pues se plantea un crecimiento del 4.5% para los siguientes cinco años, “algo no visto en las dos últimas décadas”, y no se dice cómo se logrará la meta.
Indicó que se hizo mucha publicidad al PED “pero ningún funcionario habló del contenido del documento de más de 600 páginas”, que además reconoce la baja tasa promedio del PIB, la pérdida de competitividad, el empobrecimiento de los ingresos, la desigualdad salarial, la pérdida de poder adquisitivo, la alta inflación y el cierre de empresas, así como una baja participación de la Inversión Extranjera nueva, condiciones desfavorables para la innovación, bajo gasto en inversión pública y turismo con las peores cifras en 10 años.
Valero Berrospe manifestó que el Plan de Desarrollo Económico plantea un crecimiento del PIB quinquenal a 4.5% en promedio, algo no visto en las dos últimas décadas, pues entre 2001 y 2020 la economía bajacaliforniana apenas creció 1.0% en promedio anual. Resaltó que Baja California necesita crecer a tasas constantes del 5% o superiores, como ocurrió antes del año 2000 cuando se superó el 12%, situación que hizo a nuestro estado en esos años la entidad referente a nivel nacional e internacional.
El presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California dijo que el Banco de México reconoció que la inflación alta permanecerá al menos 2 años más, y esta es el peor enemigo del consumo y por ende de la reactivación económica de las empresas, y si a ello se agrega que tenemos una estanflación declarada, con el actual gobierno la economía crecería 1.6% anual en el mejor de los casos, y no el 4.5% anualizado que pretende.
Precisó que el Plan de Marina del Pilar habla de mejorar la calidad del empleo, pero ello se requiere analizar el tipo de empresas que hay en el Estado y las condiciones en que están contratados a los trabajadores. Actualmente los informales ya representan el 67% de los trabajadores adscritos al IMSS y el INEGI documenta un crecimiento abrumador de la informalidad contra el sector formal, pues no hay que perder de vista que la informalidad tiró a la baja la tasas de desempleo, “algo que malamente se presume”.
Agregó que entre 2019 y mayo de este año, entre la persecución de Bonilla y la pandemia han cerrado en Baja California más de 33 mil empresas formales, más mil millones de dólares en inversión extranjera que se fueron de la entidad, lo que contribuye en gran medida a la difícil situación económica local.
Apuntó que el PED reconoce pero no plantea cómo atender la histórica precariedad salarial, pues la información del documento muestra lo que se ha comentado antes y un dato es muy revelador: luego de que Baja California era la entidad número uno con el mayor porcentaje de ocupados ganando más de 5 Salarios Mínimos, hoy en día cayó hasta el lugar 30 nacional.
Para rescatar a Baja California, el economista planteó seis ideas “para los operadores económicos, antes de andar nomás pidiendo dinero”: 1.- Revisar las vocaciones de la entidad, 2.- Instalar un centro de investigación y desarrollo con los investigadores más calificados de las instituciones de educación superior, 3.- Trabajar con las empresas locales un plan de retención de talento y, a través de incentivos fiscales, impulsar el alza de los salarios.
4.- Enfocar la atracción de inversiones a partir del estudio de vocaciones y dejar de estarle apostando al turismo médico que solo beneficia a un pequeño grupo, 5.- Dejar de estar inventando vocaciones turísticas y de otro tipo en zonas donde no son propicias: “dejen en paz a Ensenada con la vocación económica que ya tiene y hagan de Tijuana un verdadero nodo internacional al estilo de Cancún” –sugirió– y finalmente 6.- con humildad revisar las estrategias seguidas por el clúster de El Bajío.