La Organización Internacional del Trabajo (OIT) planteó este miércoles la necesidad de formular “estrategias efectivas” que ayuden a aumentar la productividad laboral, ante lo que considera “un persistente rezago regional que compromete las posibilidades de encontrar el rumbo de un futuro del trabajo con crecimiento sostenible y más y mejores empleos”.
La región enfrenta “desafíos estructurales” de grandes dimensiones pues “existen amplias brechas de productividad al interior de los países entre sectores productivos, empresas, grupos de trabajadores”, destacó la directora regional interina de la OIT para América Latina y el Caribe, Claudia Coenjaerts, en la presentación de un nuevo informe.
A éstas, añadió otras fisuras externas que “se han ido amplificando respecto de países más avanzados en el marco de la aceleración de la transición digital y del cambio tecnológico”.
Coenjaerts consideró que es necesario “un renovado y profundo debate en la región donde se aborden los principales factores que impulsan el aumento de la productividad, la transición digital y las repercusiones de estos procesos en el trabajo decente, la creación de empleo, las mejoras distributivas y el desarrollo de empresas sostenibles y promotoras del cambio tecnológico”.
La productividad ha disminuido en las últimas cuatro décadas
El informe destaca que “la gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe, ya desde antes de la crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia de Covid-19, evidenciaba un estancamiento tanto de la productividad laboral como de la productividad total de factores”.
“La productividad laboral ha decrecido persistentemente en términos comparativos con respecto al resto del mundo durante las últimas cuatro décadas”, afirmó el consultor de la OIT y autor del informe, Claudio Maggi.
Maggi destacó la importancia de identificar y promover una serie de “dinámicas virtuosas entre productividad, crecimiento y trabajo”.
Durante la presentación del informe se abordaron otros aspectos como los desafíos que provoca la transición digital y el advenimiento de nuevas tecnologías, los desafíos en materia de formación, la compleja situación actual caracterizada por la alta incertidumbre internacional y la incertidumbre ante el término de la pandemia de COVID-19, y la alta informalidad en la región.
Asimismo, se plantearon los retos en materia de políticas públicas, y también en el funcionamiento de las empresas.