La Semana de Seguridad y Paz anunciada “con bombo y platillo” por el gobierno municipal, la semana pasada, no fue más que una estrategia publicitaria con nulos resultados en favor de la seguridad ciudadana, destacó el activista ciuddano, Esteban Capella Ibarra, luego de que el quinto mes del año cerró con 162 homicidios para superar las 700 muertes violentas en lo que va del 2022.
“Tan fue una estrategia de medios que se les olvidó cerrarla”, dijo Capella Ibarra, al señalar que la Semana de Seguridad debió concluir el martes 31 de mayo, pero “no se volvió a tocar el tema después de su lanzamiento, el 25 de mayo; ni se prorrogó, ni se clausuró”.
Y mientras tanto, indicó que según reportes de los medios informativos –en base a cifras oficiales–, durante mayo ocurrieron 162 muertes violentas en la ciudad, con lo que el mes se convirtió en el de más asesinatos, para superar las 700 muertes violentas en los primeros cinco meses de este 2022.
Capella Ibarra comentó que entre los objetivos que se trazaron las autoridades con la Semana de Seguridad y Paz se encontraban “reconstruir la confianza ciudadana que hoy se percibe extraviada”, pero afirmó que lejos de construir confianza, la “estrategia” confirmó la falta de confianza de los ciudadanos, “al generar una serie de interrogantes”.
“¿Tomaron en cuenta que este ejercicio se ha realizado en otras administraciones y no ha servido de absolutamente nada? ¿los militares que participaron en este ejercicio realmente creen que generará algún tipo de resultado? ¿por qué no consultan a los policías con experiencia sobre cuáles estrategias pueden funcionar?”, cuestionó.
Esteban Capella Ibarra opinó que el modelo policial que debió establecerse desde hace tiempo es el de la proximidad social, el trabajo de campo, el uso eficiente de datos ya en poder de la institución, la sectorización y el fomento y promoción de la cultura de la denuncia como herramientas claves para establecer una verdadera y genuina estrategia preventiva.
Hoy contrario a ello –destacó– solo podemos observar la entrega de uniformes, compra de drones, manejo publicitario de cifras y otras acciones similares que solo nos confirman el evidente extravío de la autoridad en el establecimiento de adecuadas estrategias para la prevención del delito.
También señaló como el inicio de una ruta adecuada de prevención del delito el brindar seguridad a quienes son responsables de proveerla: los policías, que requieren de condiciones y prestaciones laborales necesarias (capacitación, seguridad jurídica, seguridad social, salario digno) que les permitan tener la tranquilidad mental y emocional para la realización de una adecuada labor.
Advirtió que seguir utilizando las mismas fórmulas que no funcionan, “conducirán siempre al mismo resultado: el fracaso”.