El presidente del Centro de Estudios Económicos de Baja California, Luis Roberto Valero Berrospe, previo una serie de “ajustes en el presupuesto federal después de la Semana Santa” ante el “shock” que vive en mercado de los combustibles, con una demanda a la alza, un incremento de precios y el subsidio que al finalizar el año representaría 330 mil millones de pesos.
En su análisis semanal, Valero Berrospe sostuvo que a pesar de que la inflación de las gasolinas ha estado registrando niveles por encima del índice general en la entidad –lo cual debería llevar a una menor demanda–, el mercado bajacaliforniano de las gasolinas enfrenta “un inédito shock de oferta-demanda que se refleja en la escasez del combustible”.
El analista sostuvo que con la reactivación económica y la invasión rusa a Ucrania, los precios del petróleo se dispararon. La mezcla mexicana del llamado oro negro se vende en más de 100 dólares por barril, lo que elevó los precios de las gasolinas, y aunque México se supone que opera en función de la oferta y la demanda, el gobierno ha retirado el cobro de impuestos para tratar de contener los precios que en Estados Unidos superan los 7 dólares el galón.
Precisó que de acuerdo con los datos del INEGI para Mexicali en febrero de este año tuvimos la inflación anualizada más alta en cinco años en los combustibles para un segundo mes del año, a pesar del subsidio, mientras que en Tijuana en febrero de este año se tuvo la inflación anualizada más alta en cinco años para un segundo mes del año en la Premium y en tres años en la Magna.
Luis Roberto Valero destacó que enfrentamos un doble shock porque en México operan franquicias extranjeras que importan la gasolina, para las que ahora no es negocio traerla a un mercado de competencia imperfecta que las obliga a vender por debajo del costo de producción. Ante ello el resultado es el cierre de establecimientos y, por lo tanto, menos oferentes de gasolina.
Por otra parte, aumenta la demanda por varios factores entre los que citó el regreso de los trabajadores a las actividades presenciales, el regreso a clases de 1 millón de estudiantes más maestros, los cerca de 70 mil residentes ocupados en Estados Unidos más la demanda local. Apuntó que aun cuando se ha solicitado a Pemex suministro para las franquicias, la demanda es nacional y la paraestatal no se da abasto
Aparte hay que considerar que en Baja California los altos precios no frenan la demanda pues en esta entidad fronteriza el 75% de los hogares tiene al menos un vehículo.
Explicó que así se genera el doble shock: primero la baja oferta de gasolina a pesar de precios altos, por la incompatibilidad de mercados Estados Unidos / México con una extraordinaria demanda por un crecimiento atípico de compradores
Advirtió que de prolongarse esta situación habrá efectos negativos para el funcionamiento de la economía, pues puede rebotar en la movilidad del transporte de las empresas y de los mismos trabajadores; además viene la Semana Santa y habrá otra demanda extraordinaria de gasolinas que inhibiría la salida a vacacionar.
Quienes decidan cruzar a la unión americana –apuntó–, pagarán mucho más, pues en el vecino país el galón de gasolina cuesta alrededor de 140 pesos al tipo de cambio actual. Además el impacto de una gasolina cara tarde o temprano se traslada en los precios al consumidor.
El presidente del Centro de Estudios Económicos de la entidad destacó que en México el valor real de las gasolinas oscila en alrededor de los 30 pesos por litro, pero el subsidio federal ha amortiguado las alzas que a pesar de ello han continuado.
Y afirmó que pese a que el gobierno federal dice que el subsidio es para los estratos altos de la población, eso es falso en Baja California “y ahí están de ejemplo los miles de autos chocolate”.
No obstante, lo que sí es un hecho es que con el subsidio el gobierno federal dejaría de recibir alrededor de 330 mil millones de pesos, si se prolonga hasta el fin de año. En un momento de estancamiento económico del país –precisó–, esto es como darse un disparo en un pie. Mucho de ese dinero viene de las ventas del petróleo al exterior, así que no veremos la ganancia que se obtendría por los altos precios y en cambio sí veremos ajustes en el presupuesto “después de la Semana Santa”.