Me dirijo en particular a las personas que podemos dar testimonio de haber nacido en la segunda guerra mundial y en particular a los descendientes que en los sesenta creyeron en un proyecto político que ha sido rebasado, pero no por ello está muerto. Algunos de los que hoy vivimos en la séptima y octava década vital, nos emocionamos con las rebeliones contra lo oficial de entonces. Los más convencidos hasta tuvieron la posibilidad de viajar a la Europa del este –a cualquiera de las sedes académicas que ofrecían becas en ciertas ciudades de la URSS- o cuando menos a Cuba. Los que no han fallecido, procrearon hijos a los que finalmente trajeron a este maravilloso México y con el paso de la vida ellos mismos dieron pasos hacia posturas francamente contrarias a lo que se les enseñó en esas lejanías.
Fueron pocos los que se quedaron prendidos de esa izquierda que los “encantó”[1] y que a final del día se convirtió en una variable más de la derecha capitalista, que por más que se niegue ha ganado la batalla ideológica. ¿Puede decir, que los rusos o los chinos son pueblos de izquierda? ¿Los líderes ucranianos, defienden ideales o intereses financieros?
Las generaciones nacidas después de la caída del muro soviético, anhelan viajar a Europa, Australia o cualquier lejanía que los separe de una realidad caracterizada por una mediocridad, donde para empeorar, se les critica y se anhela su extinción básicamente por limitaciones de desarrollo de quienes hoy ostentan el gobierno. ¿Puede entender la incomodidad de jóvenes rechazados socialmente de forma activa –por discursos que los señalan como los malos de la película- o pasiva por una cada vez más creciente mayoría de aquellos que han sido formados -que no educados- como siervos obedientes y dependientes de los que les dan recursos aportados por otros, aun sin merecer algo? Solo pocos han logrado su sueño y esos son los que pasaron exámenes que difícilmente podrán cumplir quienes fueron adiestrados para la dependencia y la obediencia alejada del razonamiento. ¿Han analizado alguna vez porque los extranjeros desean vivir en este México lindo? ¿Los mueve solo un perverso deseo de sojuzgarnos o aman desde el clima, pasando por la historia, la cultura y todos los privilegios que no siempre reconocemos?
Con tristeza escucho a jóvenes menores de 30 años asegurando que nunca regresarán a México porque les da miedo la inseguridad. Hace menos de un mes el esposo de una franco-mexicana, fue asesinado a puñaladas, en algún punto de Francia. ¡ya detuvieron a los jóvenes delincuentes! Eso sí es una diferencia, pero no le devolverá su esposo a esta viuda joven que ahora deberá enfrentar la vida de la mano de sus hijas preescolares ¿Cuántos mexicanos estarán pensando en regresar ante el horizonte de una guerra que jamás imaginaron? ¿Entenderán ahora el profundo contendido de ser nazi? ¿Saben que hay neo nazis en varias entidades norteamericanas y que los nietos de algunos de ellos nacieron y han crecido en países sudamericanos?
Muchos de los nacionales socialistas europeos lograron huir. Criaron a sus hijos en cuba, y en algunos estados de nuestra república. Varios de esos sobrevivientes de la 2ª, guerra viajaron por mar, otros se movieron dentro del mismo territorios europeo[2] y se dice que se desarrollaron en España, y varios de lso estados que antes fueron socialistas. ¿Por qué ambas partes de este conflicto –no me siento cómoda de asumirlo todavía como guerra- acusan a los otros de Nazis? En la descendencia de tales “nazis” las personas se han movido en los extremos de la negación o la admiración; y lo cierto es que aun en los más recónditos cajones del subconsciente, la herencia genética, casi siempre se impone. La gente es en mucho lo que le han heredado sus ancestros, y así el que se formó como policía lo será aun cuando estudie derecho, el soldado siempre tendrá aptitudes para obedecer sin razonar mucho, el que aprendió lenguaje y reacciones de resentido al final actuará en proporción a lo dolido que esté y el que gusta del poder lo buscará, aunque en el camino vital hay sido actor, cantante, comediante o simple famoso por la acción de las modernas comunicaciones.
Así las cosas, los inocentes que pensaban que no podía pasar nada en el siglo XXI, están desolados, los populistas se dividen en dos, los que nada saben y los que, habiendo sido pro rusos, prefieren ocultarse; los mediocres e ignorantes hacen bien en ese silencio con el que desean borrarse y los que no nos avergonzamos de ser creyentes aumentamos nuestras oraciones por la paz del planeta. ¿A cuántos ex estudiantes de la unión soviética conoce? Los que están actuando en el actual gobierno de México, ¿son tan modestos como pregona nuestro presidente? ¿Cuántos tienen como biblia el libro rojo de Mao? Lo bueno de una crisis, es que se abre la oportunidad de aprender: saber más de la gente que nos rodea, conocer de geografía, de política y de cosas cuyas bases tuvimos en la juventud y que se han acrecentado con el pasar de los años son algunas de las ventajas de cosas tan lejanas como el no entendimiento de Rusia con Ucrania. Aprende y aporta lo que sea conveniente para evitar conflictos en tu entorno.
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[1] Mi hermano Enrique –el llanero solitito- que justo mañana cumple tres años de fallecido es mi mejor ejemplo; pero tengo también otros que se quedaron atorados en el maoísmo, practicado en la unam en los setenta y ochenta, y que hoy dan muestras de lo casi nada que entienden del significado de la política y el gobierno.
[2] Recuerdo los detalles del vie que hizo la familia de mi madre el sur de Francia, luego de la ocupación, y después el regreso y la participación de su madre –analfabeta pro el hecho de ser mujer- en las reuniones clandestinas de la resistencia francesa.