En la segunda mitad de marzo la delegación estatal de Misión Rescate México estará aplicando en algunas de las 50 colonias vulnerables de esta frontera el Programa de Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, con lo que se revertirá en el mediano y largo plazo la escalada delincuencial en esas áreas, anunció este fin de semana Manuel Alejandro Flores Pérez.
Durante la antepenúltima sesión de capacitación de poco más de una veintena de estudiantes de diversas universidades de Tijuana, el delegado estatal de MRM insistió que se atacará el problema desde la raíz, buscando cambiar las conductas de convivencia interpersonal en el seno de las familias para promover una convivencia armónica de la sociedad.
Flores Pérez explicó que si un niño o un adolescente ve pelear a sus padres o si es agredido física o verbalmente por sus progenitores, sus hermanos mayores, sus vecinos o sus compañeros en la escuela, lo más probable es que desarrolle una conducta antisocial que con el paso del tiempo puede derivar en delincuencia.
También reiteró que la contención de la delincuencia a través de más elementos policiacos y más armamento no sirve de mucho, “y lo vemos en las estadísticas”, además de que las cárceles –cuando se logra llevar a prisión a quienes delinquen– no son centros de readaptación social sino sitios donde quien no era delincuente se hace y quien ya lo era se especializa.
El delgado estatal de Misión Rescate México dijo que a esto habría que agregarle el que el paso por la prisión es un estigma imborrable y quien ya “pagó” el delito cometido está condenado a no obtener un empleo por contar con antecedentes penales, con lo que se termina de incumplir la readaptación social.
Por ello insistió en que lo mejor es la prevención desde el seno familiar, y es lo que se está proponiendo con el Programa de Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, un proyecto que se está preparando en las aulas y que se aplicará en campo a partir de finales de marzo, con una duración mínima de seis meses en los que se darán las herramientas necesarias a un grupo de familias, para mejorar su convivencia.
Los recursos materiales y humanos, reconoció Flores Pérez, son limitados, pues se está preparando a menos de 30 estudiantes, quienes en un servicio social llevarán a cabo esta tarea, y según los datos más actualizados del INEGI para el 2015, la ciudad contaba con 475 mil 341 familias; sin embargo se espera un efecto multiplicador que en algún tiempo llegue a toda la sociedad.
La sesión número cuatro del Programa de Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, impartida por la empresa consultora Suppera, este fin de semana se llevó a cabo en las instalaciones del CESUN Universidad y se contó con la participación de alumnos de esta escuela, de la UABC, del Instituto Tecnológico de Tijuana y de la Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID), y próximamente se integrarán alumnos del CETYS Universidad.