La crisis climática, el calentamiento global, es el problema ambiental mundial más grande al que la humanidad se enfrenta en el siglo XXI. La comunidad científica ha encontrado, a través del estudio en las políticas públicas, acciones y reacciones sociales, que existe un lazo inseparable entre la producción de contaminantes y las ciudades. Sin embargo, el Dr. Rigoberto García, Profesor de la Especialidad de Estudio de las Ciudades del Siglo XXI de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef), argumenta que en las propias ciudades está la respuesta.
El Prof. García señaló que, para esbozar el impacto que tiene el consumo sobre la salud de la tierra, se puede argumentar que sólo 2 por ciento de la superficie terrestre se encuentra ocupada por urbanizaciones. A pesar de esta reducida cifra, ahí se genera, aproximadamente, el 75 por ciento de todos los gases invernaderos que hay en el mundo. Esto se debe a que es en las ciudades donde se concentra la mayor cantidad de actividades contaminantes: industria, comercio, consumo, etc.
Frente a este panorama, el investigador de El Colef, comentó que son necesarios cambios en los patrones de consumo poblacionales, gestión de los recursos naturales, formas de movilidad, y todo lo que constituye la vida en centros urbanizados, pues toda actividad humana deja una huella de carbono.
Para ello, es necesario centrar este contexto en el hecho de que toda la sociedad participa de los gases de efecto invernadero. Sólo de esta manera podrán ejecutarse acciones efectivas contra el cambio climático, que involucren a todas las instancias del gobierno y de la propia población.