- La prioridad sigue siendo controlar la crisis sanitaria con un enfoque integral y acelerar los procesos de vacunación contra el COVID-19, dicen dos agencias regionales de la ONU, recordando que la pandemia ha costado más de 1,5 millones de vidas en esa zona del mundo. Debemos ser solidarios y entender a la salud como parte de la economía, recalcan.
En América Latina y el Caribe vive el 8,4% de la población mundial; sin embargo, es una región que acumula la quinta parte de los casos de COVID-19 y el 30% de las muertes por esa enfermedad (1,5 millones), además de que su economía ha sido la más afectada por la pandemia, con una contracción del 6,8% de su Producto Interno Bruto en 2020.
Estos datos hacen evidente la necesidad de construir una agenda de salud pública integral “que reconozca la interdependencia entre las dimensiones sanitaria, social, económica y ambiental”, subraya un informe conjunto de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) publicado este jueves.
El estudio La prolongación de la crisis sanitaria y su impacto en la salud, la economía y el desarrollo social insta a los gobiernos de la región a acelerar los procesos de vacunación, transformar los sistemas de salud, fortalecer la inversión pública y consolidar Estados de bienestar para controlar la crisis sanitaria en el corto plazo y avanzar hacia una recuperación con igualdad y sostenibilidad ambiental, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La prioridad sigue siendo controlar la crisis sanitaria desde un enfoque integral y mediante la aceleración de los procesos de vacunación de la población, apuntan los organismos.
La crisis persiste
En la conferencia de prensa virtual de presentación del documento, la secretaria ejecutiva de la CEPAL hizo hincapié en la prolongación de la crisis sanitaria. “La crisis persiste”, dijo, “hemos transitado desde la emergencia en 2020 a la crisis sanitaria prolongada en 2021”, aludiendo al repunte económico proyectado para este año y el próximo (5,9% y 2,9%, respectivamente), que no conseguirá que región se coloque en el nivel previo a la pandemia.
“El año pasado dijimos que sin salud no hay economía y hoy reiteramos que sin salud no habrá recuperación económica sostenible”, puntualizó Alicia Bárcena.
El sector farmacéutico, clave en la economía
En este sentido, subrayó la importancia de fortalecer la capacidad de la región para producir vacunas y medicamentos y superar la dependencia externa que se enfrentó durante esta pandemia.
La pandemia de COVID-19 hizo evidentes las limitaciones de los países del bloque para el abastecimiento de vacunas y medicamentos, y probó las debilidades de los sistemas de salud, la desigualdad frente al acceso a atención primaria universal y la carencia de una planificación anticipatoria.
Además, la falta crónica de financiamiento a la investigación y el desarrollo tecnológico y las débiles políticas industriales impidieron desarrollar las capacidades existentes para producir vacunas oportunamente y construir un mercado de escala de medicamentos.
“El sector farmacéutico es clave para la economía, al igual que lo es la transparencia en los mercados farmacéuticos”, enfatizó y abogó por la pronta implementación del plan de autosuficiencia sanitaria para América Latina y el Caribe.
Desigualdad en la vacunación
La OPS y la CEPAL indicaron que la lentitud y desigualdad de la vacunación en la región, así como las dificultades de los países para mantener medidas sociales y de salud pública en los niveles adecuados, son consecuencia directa de la debilidad estructural de los sistemas sanitarios para encarar la pandemia y la prolongación de la crisis.
Actualmente, la media de población con el esquema completo de vacunación en América Latina y el Caribe alcanza un 39%, pero los números desagregados marcan una gran inequidad entre los países, con Chile y Uruguay por encima del 70%, y 25 de los 49 países y territorios de la región sin llegar al 40%.
El informe da cuenta también de la falta de acceso a los servicios de salud que ha padecido gran parte de la población debido a la saturación de los sistemas sanitarios por la pandemia. Según datos oficiales, en 2021 un 35% de los países habría registrado algún tipo de interrupción en la provisión de servicios integrados de salud, lo que llegó a un 55% en el caso de los países que declararon interrupciones en servicios prestados en el primer nivel de atención.
La salud es parte de la economía
Frente a este escenario, Bárcena recalcó que es imperativo entender la salud como parte de la economía y trabajar en la construcción de sistemas sanitarios “universales, solidarios y resilientes”, lo que requiere inversiones públicas y privadas.
“Necesitamos que todos los actores de la sociedad se incorporen. (…) Esto nos incumbe a todos”, puntualizó la directora de la Organización Panamericana de la Salud, haciendo eco a las declaraciones de Bárcena.
Motor de la pandemia
Carissa Etienne citó las enormes desigualdades imperantes en el mundo y específicamente en la región como “el motor de la pandemia” y sostuvo que para salir de esta crisis se precisa un enfoque holístico que cimiente un desarrollo sólido capaz de capear con éxito la próxima pandemia.
“Espero con ansias el día en el que los gobiernos de todos los países acepten su responsabilidad con la salud y el bienestar de sus pueblos, el día en que se enfoquen en los grupos con mayor necesidad de igualdad y desarrollo social, porque no podremos alcanzar un desarrollo real si no garantizamos que nadie se quede atrás, sobre todo los más pobres y desfavorecidos”, acotó.
La solidaridad es la respuesta
Etienne aseveró que mientras llega ese día, hará falta vigilar cómo se utilizan los recursos públicos y sumar fuerzas con el sector privado, la sociedad civil y todos los actores políticos, económicos y sociales.
“Espero ansiosa el día en que haya solidaridad, cuando esta región y sus países se unan y reconozcan que la salud de todos está cimentada en la salud de cada uno de ellos y de cada uno de sus habitantes”, manifestó.
La titular de la OPS expresó estar convencida de que sólo con solidaridad la región podrá salir airosa del empantanamiento generado por la pandemia e impulsar un desarrollo que beneficie a todos sus habitantes.