Cuando se habla de la industria aeroespacial en México no faltan quienes ven esta actividad como una excentricidad. Es más, la Agencia Espacial Mexicana ha sido muchas veces incomprendida porque se piensa que incursionar en el espacio es sólo para países con muchos recursos y ambiciones de la guerra de las Galaxias.
Sin embargo, y de acuerdo con la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA), el sector satelital, por ejemplo, representa a nivel mundial un mercado de 366 mil millones de dólares, de los cuales 12,500 se deben a la construcción de satélites y 4,900 a lanzamientos espaciales; además, genera utilidades por casi 130,000 millones de dólares para el segmento terrestre y otros 110,000 en servicios satelitales, sin olvidar actividades de exploración espacial con importantes inversiones realizadas por la IP.
Quienes desconocen este sector no se explican para qué un país como el nuestro debe incursionar en él. Pues bien, la tecnología satelital puede ser aprovechada en diferentes áreas, como las telecomunicaciones, servicios con fines de bienestar social, observación de la tierra para beneficio de la agricultura, prevención de desastres, seguridad, vigilancia, meteorología y medio ambiente, entre otros, además del desarrollo de capacidades en ciencia y tecnología espacial nacional.
Desde octubre de 2020, FEMIA, en estrecha colaboración con la Agencia Espacial Mexicana (AEM), creó la Comisión del Espacio para articular a las empresas fabricantes de partes y tecnología espacial, además de instituciones de educación superior y aprovechar su talento en las oportunidades que ofrece el mercado satelital.
Entre los objetivos de esta colaboración está evitar la fuga de cerebros para que desarrollen su trabajo e ideas innovadoras en el país, de tal modo que lo producido en México no sólo sean réplicas de lo que se fabrica en otras partes del mundo.
México puede aprovechar la nueva tendencia mundial, llamada New Space, una síntesis de tecnología espacial con TICs, a la que pueden acceder empresas pequeñas o universidades para explorar el espacio. Como ejemplo de esto podemos citar el caso del AztechSat-1, el primer nanosatélite mexicano (desarrollado en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla con asesoría de la AEM y la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos) que llegó a la Estación Espacial Internacional a principios del año pasado.
En el futuro cercano, se espera que la industria aeroespacial mexicana dé un importante paso al fortalecimiento de la participación privada y la reactivación económica de dicho sector en nuestro país con los satélites GEOSAT 1 y GEOSAT 2, desarrollados por la empresa mexicana Thrusters Unlimited, que, además, serviría de inspiración para que más jóvenes mexicanos incursionen en esta industria.
La AEM presentará, en el marco de la Feria Aeroespacial México 2021 (FAMEX), la alianza “GEO-SAT” con Thrusters Unlimited, como una forma de articular esfuerzos para impulsar la industria nacional y la infraestructura satelital que beneficien al país. Una excelente noticia.
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