Este lunes 27 de septiembre, se llevó a cabo el webinar “Sin destino fijo: Migrantes haitianos atrapados en la frontera. Trabajo de campo en Ciudad Acuña, Coahuila”, organizado por El Colegio de la Frontera Norte (El Colef). El propósito del foro fue ahondar, desde un enfoque académico y del trabajo de campo realizado en la zona, en la crisis humanitaria que acontece en Ciudad Acuña, padecida por miles de migrantes, en su mayoría de nacionalidad haitiana.
El webinar contó con las palabras de bienvenida del Dr. Alberto Hernández H., Presidente de El Colef, quién reflexionó sobre el masivo movimiento migratorio qué sacude Haití. La migración haitiana se desmarca del resto de movimientos de migración en la historia, pues es el primero en el mundo globalizado en el qué los migrantes ya no provienen de repúblicas socialistas o comunistas, sino de un país inmerso en una compleja y nueva serie de factores políticos y económicos. Esto, aunado a la reactivación del movimiento migratorio en Brasil (2016), y las medidas antimigratorias por parte del gobierno de Chile; estas dos son las dos principales causas políticas y diplomáticas de la actual movilización masiva de personas haitianas.
En cuanto a las experiencias del trabajo de campo realizadas en Ciudad Acuña, el Dr. Camilo Contreras, Director Regional Noreste de El Colef-Monterrey, señaló que lo que acontece en esta ciudad se trata de un fenómeno completamente distinto a las caravanas migrantes de Tijuana o Piedras Negras, dado que esta población, en su mayoría haitiana, se desplazaba de un sitio a otro con mucha más rapidez. Aunado a ello, el Dr. Contreras comentó que se pretendía la aplicación de una “prueba piloto”, sin embargo, solo fue posible aplicar una encuesta para la recolección, debido a la falta de coordinación en la zona y la incertidumbre entre la población migrante.
Posteriormente, la Dra. Gabriela Narcizo de Lima, investigadora en el Departamento de Estudios Urbanos y de Medio Ambiente, de El Colef en Piedras Negras, comentó que los dos principales puntos de partida de los migrantes están ubicados en Sudamérica: Chile y Brasil; con destino hacia Estados Unidos.
En lo que respecta al campamento migrante, la investigadora señaló que el primero en el Parque Braulio, y el segundo bajo el puente fronterizo entre El Río y Ciudad Acuña, eran muy improvisados. Originalmente, el campamento daba albergue a 2000 personas, pero durante la estancia del equipo de El Colef, sólo quedaban alrededor de 400.
Del lado estadounidense, el campamento llegó a albergar hasta 10 mil migrantes y la población local no podía ayudarles con necesidades básicas. El campamento carecía de servicios básicos. Eventualmente, se abrió otro espacio, el salón de eventos Fandango, rentado por el municipio a un particular. Espacio que contaba con alumbrado, un patio, baños públicos y agua, y en él habitaban 150 hombres, 54 mujeres (dos de ellas embarazadas) y 48 infantes.
Por su parte, el Dr. Felipe Uribe Salas, investigador en el Departamento de Estudios de Población de El Colef, refirió que para el 18 de septiembre, había 14 mil personas del lado americano, y las ya comentadas 2000 en el mexicano. En lo que respecta al lado mexicano, el Dr. Uribe, explicó que en la frontera de Allende estaba el último filtro terrestre. Los grupos de estos operativos, en un principio, respetaban a quienes podían demostrar su estancia legal en México, pero, poco a poco, las acciones se fueron hostilizando.
Así mismo, comentó que el 20 de septiembre empezaron los vuelos de deportación hacia Haití. Se establece, pues, una clara política antimigratoria, con operativos en bares y hoteles de Ciudad Acuña. A los quienes no contaban con documentación que acredite su estancia legal en el país, se les deportaba. Se les indicó a compañías de taxi y autobús que no podían hacer transportes de ningún tipo a través de esas carreteras. El especialista hizo énfasis en el contraste entre las acciones emprendidas en Piedras Negras en 2019, con el tratamiento hostil y poco humanitario que se presenció estos días en Acuña.
Del lado de Texas, la sociedad y la prensa estaban impedidas para ofrecer cualquier clase de apoyo. Las barreras lingüísticas, del lado mexicano y particularmente en Fandango, también ocasionaron problemas y malentendidos. El traslado fue en vehículos de la sociedad civil, un “traslado hormiga”, y algunos incluso caminaron hasta el salón. Se destaca la acción de la sociedad civil, que fue la primera en tener iniciativa para ayudar a los migrantes.
Para cerrar la sesión se habló de la importancia del registro, aplicación de encuestas, revisión y análisis de datos, así como de las referencias del trabajo y seguimiento a otros fenómenos migratorios, y se apeló a un diálogo entre miembros con instituciones investigadoras de otros países, particularmente en Chile y en Brasil, los dos epicentros de este fenómeno migratorio. Se habla de un esfuerzo colectivo para la creación de un seminario, qué delinee todas las experiencias para emitir nuevos juicios e interpretaciones, qué ayuden a esclarecer la difícil situación de los migrantes haitianos.