Escribir poesía puede ser un método terapéutico que forme parte de la rehabilitación de consumidores de drogas o alcohol, esto es posible si se realiza en un ambiente adecuado de respeto y con constancia asegura el poeta Carlos Martínez Villanueva.
Martínez Villanueva es profesor de la secundaria general No.1, La Poli donde coordina la liga de escritores es autor de tres libros, Nada queda por arder, De la Existencia y otras adicciones y Dios derrotado.
Después de ser el mismo también consumidor de drogas se convirtió en profesor de Creación literaria en centros de rehabilitación, albergues de migrantes y casas hogar y en los últimos años ha publicado varios poemarios, entre otros Adiós, Cristina y Escucha, compilando la obra de compañeros suyos que también superaron dicha situación.
El pasado miércoles 18 de julio el poeta invitó a estos escritores en ciernes, que hallaron en sus talleres literarios una forma de terapia, a compartir con el público sus más recientes poemas en un slam literario titulado Reinserción y palabra. Poesía en voz alta que tuvo lugar en la Sala Federico Campbell del Centro Cultural de Tijuana (Cecut) institución de la Secretaría de Cultura federal.
Fue en los talleres literarios impartidos por Carlos Martínez, que los internos de centros de rehabilitación aprendieron a usar la escritura de poesía como un elemento restaurador, jóvenes y adultos compartieron con el público en el Cecut, algunas ideas de como esta experiencia didáctica les ayudó en su reinserción a la sociedad, y aseguraron que continúan usándola como medio de expresión y reflexión sobre su padecimiento.
En este slam poético, los ex integrantes del taller de creación literaria de la Comunidad Terapéutica de Rehabilitación y Reinserción Social del Adicto, de Tijuana B. C. Isaías Abel Martínez, Edgar Antonio García, Armando Pillado, Cristian Cabello y Clemente Zazueta leyeron algunos poemas que escribieron como parte de los ejercicios literarios que Carlos Martínez les indicaba.
Poemas, pensamientos y testimonios personales escritos a mano en hojas de cuaderno fueron leídos al público con notable emoción, se manifestaba en cada línea leída la forma descarnada de ver el mundo de quien padece una adicción, ha sido olvidado por la familia o lo ha perdido todo.
Algunos de los poemas expresaban también la satisfacción de los autores por encontrarse en sobriedad y conscientes de su vulnerabilidad, algunos hablaron de las limitaciones que los adictos suelen tener para darse cuenta de su propia enfermedad, estas piezas literarias compartidas con el público se convertirán pronto en un libro, aseguro Martínez en su carácter de compilador.
La música también fue presentada como elemento terapéutico, Jesús Camacho tocó la guitarra y cantó algunas de sus composiciones, Jaime Zamudio con el acordeón acompañó una lectura de Carlos Martínez y Eduardo Paradeza hizo sonar una caracola.
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