Las economías latinoamericanas mantienen su recuperación hacia sus niveles prepandémicos gracias al impulso de la demanda externa e interna. En algunos países, ambos motores se calientan coordinadamente, mientras que, en otros, el externo recobró más rápido. Mostraremos como se recupera la demanda interna con las políticas fiscales en las economías más grandes de Latinoamérica.
La demanda interna se compone por el consumo privado y público, y la inversión privada y pública. En particular, dentro de la demanda interna el consumo privado es el componente más grande. , el consumo de las empresas y hogares se ve afectado fuertemente por la vacunación y las transferencias monetarias, como el ingreso mínimo, las remesas o el acceso al ahorro para pensiones.
Es por ello que las medidas fiscales de los países en América Latina se centraron en dar liquidez a las familias y empresas, a través de aplazamiento en los impuestos y creación de programas para el pago de las obligaciones tributarias. En promedio, en América Latina se gastó 4.3% del PIB en paquetes fiscales para el fortalecimiento del sistema de salud y el apoyo al consumo privado. A continuación, se muestra la recuperación de la demanda interna en Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México.
La demanda interna de Brasil se recuperó a finales de 2020, liderado por la tasa de inversión, fue el más rápido en igualar los niveles prepandemia. El consumo privado está en vías de recuperar su dinamismo por el enorme gasto de 10.1 mmdd (7.4% del PIB) en la ampliación de programas de transferencia de dinero como “Bolsa Familia”, “Ayuda de emergencia Covid-19”, un plan de retención de empleo y subsidios temporales para el consumo de electricidad. Sin embargo, todavía sigue por debajo de sus niveles de prepandemia. Lo mismo sucede con el consumo público.
Para Colombia y Chile, el consumo privado fue el que impulso fuertemente a la demanda interna. El motor interno recuperó su dinamismo durante el primer trimestre de 2021. En Colombia, el consumo público aumentó durante 2020 y en Chile se recuperó a principios de 2021. La inversión recuperó sus niveles prepandemia sólo en este último.
En Colombia se gastaron 4.7 mmdd (1.8% del PIB) para la reactivación del consumo de los hogares. Se creó el “Ingreso Solidario” que dio transferencia de efectivo a grupos vulnerables y se hizo un subsidio del 40 al 50% de salario mínimo por trabajador para empresas con caída en sus ingresos, entre otros. En Chile se gastaron 19 mmdd (7.7% del PIB) en programas para el apoyo del consumo interno, como la suspensión de pago de impuestos para las empresas y traspaso de efectivo a familias, con el programa “Ingreso Familiar de Emergencia”.
Argentina y México tuvieron las mayores contracciones de demanda interna respecto a los países analizados. A finales de 2020 seguían por debajo de los niveles de 2019. No se han recuperado de los efectos del Gran Encierro. En Argentina, el consumo privado recupera levemente su dinamismo gracias a transferencias monetarias del programa “Ingreso Familiar de Emergencia”, asistencia de cocinas comunitarias y centros de distribución de comida, y subsidios a los salarios, que suma un gasto de 14 mmdd (3.7% del PIB). Sin embargo, al igual que el consumo público, se mantienen muy por debajo de los niveles prepandemia. Es la inversión la que hace aumentar su demanda interna.
Por otra parte, en México el consumo privado y la inversión se mantienen muy por debajo de los niveles antes del Gran Encierro. El paquete fiscal para apoyar el consumo privado fue de 4.9 mmdd, el cual se repartió en préstamos para pequeñas y medianas empresas, ampliación de programas de transferencias monetarias y subsidio por desempleo. Sin embargo, fue el paquete fiscal más pequeño como porcentaje del PIB entre las 6 economías más grandes de Latinoamérica, apenas 0.5%. En México el consumo público es el que ha hecho aumentar la demanda interna.
El PIB regresa a sus niveles prepandemia gracias al impulso de la demanda externa, que depende de quienes son los principales socios comerciales y el precio de las materias primas, y la demanda interna, que en la pandemia se vio fuertemente afectada por los apoyos en transferencias monetarias a las familias y las empresas. Como resultado, los países que procuraron mantener grandes gastos fiscales el ingreso de los hogares coordinaron con la recuperación de las exportaciones y el aumento en los precios de materias primas. . Los países que no dieron grandes impulsos fiscales ven una descoordinación con la demanda externa en esta recuperación, .
Según las estimaciones del FMI, el PIB de América Latina decreció 8.3% en 2020, mientras que en Sudamérica 8% y la Cuenca del Caribe 9.9% por lo que fue la más afectada. El crecimiento en 2021 será mayor en los países del sur que en los de la Cuenca, 3.8% y 3% respectivamente. Con la vuelta del comercio internacional, la rapidez en la recuperación depende de la demanda interna.
– Jorge A. Zavaleta R., Facultad de Economía, UNAM, miembro del obela.org
– OBELA: Oscar Ugarteche (Coord), Armando Negrete, Carlos de León, Bertín Acosta, Hiromi Iijima.